Una confluencia de factores ha empujado al euro hacia la paridad con el dólar por primera vez en 20 años.
Aunque el euro lleva tiempo debilitándose frente al billete verde, ahora está a punto de superar el nivel de paridad, un nivel psicológicamente importante.
¿Qué ha pasado?
Europa ha estado en el epicentro, tanto geográfico como económico, de la invasión rusa de Ucrania. La dependencia de la región del gas ruso, y de Alemania en particular, contrasta con el resto del mundo. El aumento de los precios de la energía ha supuesto una carga importante para los hogares y la industria, lo que ha provocado un escenario de crecimiento poco alentador.
Un ejemplo de cómo esto se está reflejando en los datos macroeconómicos es el hecho de que Alemania haya registrado recientemente su primer déficit comercial mensual desde 1991. Esto se debió a los elevados costes de las importaciones, así como a una menor demanda de exportaciones. Los mercados de divisas son una vía para que los inversores se posicionen ante una recesión europea.
Sin embargo, siguen existiendo riesgos a la baja en el actual entorno marcado por el débil crecimiento, ya que el racionamiento de gas se convierte en una posibilidad real. Si esto se materializa, estaremos ante un escenario de crecimiento aún más incierto.
Tanto los políticos alemanes como los franceses han expresado su preocupación por este riesgo, y están planeando cómo amortiguar el golpe para las empresas y los consumidores por igual. Aunque los políticos han tratado de contrarrestar el impacto y proteger los ingresos reales de los consumidores, las medidas anunciadas hasta ahora son insuficientes para absorberlo por completo. Las probabilidades de una estanflación estructural son altas si el racionamiento del gas se hace realidad. El temor a este escenario ha intensificado la debilidad del euro en las últimas semanas.
¿Por qué el dólar se ha fortalecido tanto?
Por otro lado, el dólar estadounidense se ha fortalecido en todos los aspectos en 2022, y el índice dólar ha subido casi un 10% en lo que va de año. La economía estadounidense es mucho más autosuficiente en lo que respecta a los mercados de materias primas clave, en particular el gas natural.
El aumento de la inflación en la energía y los alimentos está teniendo consecuencias negativas a nivel mundial para el crecimiento, lo que está dando lugar a una creciente destrucción de la demanda en muchas economías a medida que los bancos centrales endurecen su política. En este entorno, los inversores buscan la seguridad del dólar estadounidense y acumulan efectivo en dólares.
La mayoría de los bancos centrales se apresuran a aplicar tipos neutros para contener la inflación. Sin embargo, la Reserva Federal (Fed) se está moviendo mucho más rápido que el Banco Central Europeo, lo que ha llevado a un diferencial de tipos de interés de alrededor del 3% basado en los tipos de mercado actuales.
Esta ventaja de rendimiento del 3% a favor del dólar estadounidense está induciendo a los inversores a depositar su dinero en efectivo en dólares, especialmente en un mundo marcado por tanta incertidumbre económica y geopolítica.
¿Qué esperamos a partir de ahora?
El mercado de divisas ya está descontando un escenario de crecimiento pesimista para Europa, pero si el racionamiento de gas se convierte en una realidad, la tendencia del euro frente al dólar será aún más negativa.
El camino para que Europa se desprenda del gas ruso no es sencillo y no hay una solución rápida. La desafortunada realidad es que el presidente Putin tiene en sus manos muchas de las bazas en cuanto a la capacidad de Europa de almacenar suficiente gas para el invierno.
También estamos pendientes de cómo reacciona la Reserva Federal a los próximos datos de inflación y empleo. La Fed es, en realidad, el banco central del mundo, dado que muchos activos siguen cotizando en dólares estadounidenses.
Teniendo en cuenta el endurecimiento de la política monetaria mediante los tipos de interés oficiales y el endurecimiento cuantitativo, la Fed se enfrenta a un difícil camino para tratar de lograr un aterrizaje suave. Creemos que tendrá dificultades para lograrlo.
A medida que los datos económicos se debilitan y la inflación cae, cualquier señal de que el banco central estadounidense está cerca de alcanzar el punto máximo de ajuste aliviará parte de la presión alcista sobre el dólar. Sin embargo, todavía no hemos llegado a ese punto.