Esta vez, el origen también se encuentra en Asia y en los mercados de divisas. El 31 de julio, el Banco Central Japonés (BoJ) sorprendió a los mercados subiendo su tipo de interés oficial un cuarto de punto porcentual. Los mercados, que sólo esperaban una subida del 0,10%, se vieron sorprendidos. Durante la rueda de prensa, Ueda, gobernador del BoJ, se mostró más duro de lo habitual. Por otra parte, los datos poco alentadores sobre el empleo en Estados Unidos llevaron a los inversores a reducir sus expectativas sobre los tipos de interés a corto plazo y la cotización del dólar.
Como consecuencia, el yen (la moneda japonesa) se revalorizó violentamente a raíz de esta decisión, invirtiendo un movimiento especulativo que venía gestándose desde hacía 2 años y que se denomina "carry trade" del yen. Para comprender su importancia, hay que recordar que el yen era - hasta hace muy poco - una importante fuente de financiación, por sus tipos de interés próximos a cero. Es difícil tener una idea precisa del volumen desembolsado, pero algunos analistas estiman que las cantidades prestadas se acercan a los 4 billones de dólares.
Cuando hay apalancamiento y mercados menos líquidos (en verano), un cambio de tendencia (de yen débil a yen fuerte) genera inevitablemente ajustes de márgenes. Quienes se ven obligados a vender su exposición al riesgo se deshacen de sus posiciones, lo que explica la rapidez de la corrección bursátil desde el pasado miércoles. Obviamente, otros mercados también se ven afectados, como las materias primas, los bonos de mayor riesgo y algunas divisas como el peso mexicano.
Todas las miradas están puestas ahora en los bancos centrales, ya sea el BoJ o la Fed. ¿Esperará la Fed a bajar los tipos de interés hasta la próxima reunión prevista en septiembre o convocará una reunión más temprana para calmar a los mercados, que es lo que el mercado está valorando actualmente? Actuar con rapidez -en los próximos días- tendría la ventaja de evitar una sacudida bursátil importante con repercusiones en el consumo estadounidense. Como "prestamista de última instancia" del sistema monetario mundial, la Fed tiene este tipo de responsabilidad. También sigue siendo posible una acción coordinada entre los líderes del G7 o del G20. Es lo que ocurrió hace casi 10 años cuando el renminbi tuvo problemas.
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