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    Operación entre firmas de capital riesgo

    IDC Salud y Quirón se fusionan y crean un gigante de la sanidad privada en España

    MADRID, 17 JUN. (Bolsamania.com/BMS) .- IDC Salud, el antiguo Grupo Capio, y Grupo Hospitalario Quirón han anunciado su fusión, con el objetivo de crear un gigante de la sanidad privada en España.

    IDC Salud está controlada por la firma de capital riesgo CVC, que compró el grupo en 2011 por unos 900 millones de euros. Por su parte, la firma Doughty Hanson promovió en 2012 la fusión de USP Hospitales con Grupo Hospitalario Quirón.

    El grupo resultante gestionará unos 40 centros hospitalarios de carácter privado en España y la operación será la mayor fusión en el sector sanitario español. La facturación conjunta será superior a 1.000 millones de euros.

    C.P.O.

    WARREN BUFFETT Y VALUE INVESTING

    Warren Buffett, 60 años de inversión, disciplina y resultados imposibles

    Imagina que en 1964 alguien hubiera invertido en Berkshire Hathaway —una textil en decadencia por entonces— sin saber que estaba sembrando en lo que se convertiría en el mayor huerto de rentabilidad conocido. Hoy, seis décadas más tarde, esa inversión habría crecido un 5.502.284 %. Sí, más de 55.000 veces el capital inicial. Y no es un error de Excel.

    Actualizado a:
    Carlos Arenas.   Analista de fondos  de Estrategias de Inversión

    Pocos nombres generan tanto consenso entre inversores de todo tipo como el de Warren Buffett. No hay gurú, ni algoritmo, ni fondo de moda que pueda presentar unas cifras como las suyas. Pero lo más llamativo de su caso no es solo el resultado final, sino cómo lo ha conseguido: con sentido común, paciencia y una visión inquebrantable sobre el valor a largo plazo.

    Warren Buffett no inventó el  value investing, pero sí lo convirtió en un arte. Esta filosofía, aprendida de su mentor Benjamin Graham, parte de una premisa básica: comprar acciones de empresas que valen más de lo que el mercado está dispuesto a pagar por ellas. O, como diría el propio Buffett: “Precio es lo que pagas, valor es lo que recibes”.

    ¿Y cómo identificar ese valor? A través del análisis de los fundamentales: márgenes sostenibles, generación de caja, poca deuda, buena dirección y ventajas competitivas duraderas —lo que él llama economic moats. Es decir, busca negocios capaces de defender sus beneficios durante años, incluso décadas.

    A diferencia de los cazadores de unicornios tecnológicos o los devotos de las modas bursátiles, Buffett nunca ha tenido prisa. Ha invertido en Coca-Cola, American Express, Apple, o Gillette no porque fueran exóticas, sino porque eran predecibles, rentables y estaban a buen precio.

    Entre 1964 y 2024, Berkshire Hathaway ha ofrecido una rentabilidad anualizada del 16,51%. Para hacernos una idea: si el mercado (medido por el S&P 500) ha promediado algo más del 10%, esa diferencia anual es, con el paso del tiempo, abismal. Ajustado por inflación, esa rentabilidad sigue siendo impresionante: 12,61% anual real. Es decir, Buffett no solo ha vencido al mercado, también al monstruo silencioso que erosiona nuestros ahorros: la inflación.

    Si en 1964 hubieras invertido 1.000$ y hubieras dejado la inversión “hibernando”, hoy tendrías 55.022.840$. Sí, has leído bien. Más de 55 millones.

    Quizá te parezca demasiado tiempo, pero es lo que ha hecho Buffett. Si lo hubieras hecho en 30 años, las cifras serían bastante inferiores porque no dejas tanto espacio al tiempo y al interés compuesto. Pero no estaría nada mal tampoco. Supón que inviertes 5 mil euros y haces un ahorro periódico de 100 euros al mes durante 30 años con Buffett. Esos 41 mil euros en total se habrían transformado en más de 1,2 millones de euros. 

    El secreto de Buffett no ha sido encontrar gangas cada mes, sino tener una mentalidad de ahorrador estratégico. Sin atajos. Ha defendido el ahorro constante como herramienta para construir patrimonio, incluso en entornos difíciles. De hecho, el método más sencillo para replicar parte de su éxito no pasa por encontrar la próxima Apple, sino por aportar regularmente a una cartera diversificada, manteniéndose invertido pase lo que pase.

    Como hemos comentado en otros artículos, el gran error del inversor promedio es salirse del mercado en momentos de pánico y perderse los días más rentables. Buffett lo sabe, y por eso no intenta adivinar cuándo entrar o salir: invierte y espera. Y sí, eso también implica aguantar las caídas. En 2008, Berkshire Hathaway cayó más de un 30%. Pero no vendió. Siguió comprando. Y recuperó (y multiplicó) su valor en los años siguientes.

    Lo admirable de Buffett no es solo su cartera, sino su coherencia. Durante décadas ha repetido los mismos principios que trato de resumírtelos en lo que considero (y esto es, en parte, subjetivo) más importante (a lo mejor se me escapa alguno relevante):
    •    Invertir en lo que entiendes.
    •    Buscar compañías con margen de seguridad.
    •    Invertir en empresas con ventajas competitivas.
    •    No especular.
    •    Evitar deudas innecesarias.
    •    Pensar en décadas, no en trimestres.
    •    Dormir bien por las noches.

    Y, sobre todo: vivir por debajo de tus posibilidades. Sí, el multimillonario que desayuna en McDonald's y vive en la misma casa desde 1958 ha demostrado que el dinero es un medio, no un fin. Su fortuna no es una exhibición de lujo, sino una consecuencia lógica de cómo ha vivido. Es lo que a mí me gusta comentar en mis charlas a los jóvenes diciendo que deben tener un primer coche barato y de segunda mano, aunque puedan comprarse uno nuevo. 

    En 2025, con 94 años, el “joven” Warren Buffett ya ha comenzado a despedirse. Sus cartas anuales, leídas como encíclicas por millones de inversores, comienzan a tener un tono más reflexivo. Ha nombrado sucesores, ha delegado decisiones y, lo más importante, ha dejado una huella imposible de borrar.

    Pero lo esencial ya lo ha transmitido: invertir bien no es complicado, pero sí requiere carácter. Huir del ruido. De la euforia. De la tentación de hacer cosas cuando lo mejor es no hacer nada.
    Warren Buffett no ha inventado ninguna fórmula mágica. Solo ha seguido una que todos conocemos, pero casi nadie practica: ahorrar, invertir con sentido común y dejar actuar al tiempo. Su historia es la prueba más contundente de que el interés compuesto no es solo una herramienta matemática, sino una filosofía de vida. Como decía él mismo, “alguien se sienta hoy a la sombra porque alguien plantó un árbol hace mucho tiempo”.

    Quizá no podamos repetir exactamente su historia. Pero sí podemos inspirarnos en su forma de invertir, de pensar y de vivir. En su increíble legado.
    Más allá de los millones, la verdadera riqueza de Buffett está en su ejemplo.

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