En su opinión “eso ha creado un dilema en el BCE” ya que las normas del BCE impiden comprar bonos con una rentabilidad inferior a la de la facilidad de depósito existente actualmente en la eurozona, -0,4%. Es decir, que la autoridad monetaria europea no podría comprar en estos momentos papel con un retorno inferior a ese. Hay que recordar que el BCE gasta cada mes 80.000 millones en la compra de activos.   
 

Según comenta Credit Suisse “la semana posterior al brexit, alrededor de un 48% de los bonos alemanes y el 39% de los finlandeses cotizaban por debajo de esa cota. A pesar de un pequeño rally desde ese momento, la rentabilidad de una gran parte de los bonos europeos está todavía por debajo de la zona anterior al referéndum británico”.  Explican que los bonos a 5 años alemanes, por ejemplo cotizaban el pasado viernes en -0,554%.


 
“Esto implicaría que el resultado de esta situación es que el número de bonos elegibles –que pueden ser comprados- por el BCE se ha reducido de forma considerable y con la incertidumbre presente todavía en los mercado, podría seguir reduciéndose aún más”
 
Es más, explican que si las rentabilidades no dan una vuelta el BCE podría encontrarse en 4 o 6 meses sin bonos suficientes para comprar, según los expertos de Credit Suisse.
 

La solución para evitar este punto sería relajar otra de las reglas de este programa que permite comprar solo un 33% de cada emisión de bonos, o además, volver a bajar aún más la facilidad de depósito para los bancos, con el consiguiente perjuicio a la rentabilidad del negocio.