En concreto, la firma ha obtenido un beneficio neto de 5,890 millones de dólares, o 1,05 dólares por acción, por encima de los 0,97 dólares que pronosticaba el consenso de Facset.

La mayor parte de los analistas reconoce que un porcentaje amplio de estos beneficios procede de un crédito fiscal y la liberación de 500 millones de dólares en reservas. (Ver: guía para seguir los resultados de los bancos en EE.UU.)


Además, Wells Fargo que, según el ranking de Bloomberg, fue la entidad más rentable en 2013, también se ha beneficiado de la caída de la morosidad.

Sin embargo el negocio hipotecario se ha deteriorado en el último trimestre. De hecho, los ingresos por nuevas comisiones por préstamos para la compra de la vivienda supusieron el pasado trimestre un 25% de las comisiones totales, frente al 6% de la semana pasada.

El beneficio hipotecario total, el que incluye los nuevos créditos más los servicios asociados ha caído más de un 45% en el último trimestre, hasta 1.510 millones de dólares. Y, lo que es peor, las solicitudes de nuevas hipotecas no dejan de caer.

A pesar de las incertidumbres que los expertos achacan a las cifras publicadas por Wells Fargo, las acciones de la firma suben en el momento de escribir esta crónica más de un 2%.

Además, los Indicadores Premium sitúan a la firma en fase alcista. De hecho, le otorgan una puntuación de 9 en una escala que va del 0 al 10.

Además, entre todos los parámetros que analizan este conjunto de indicadores técnicos sólo hay un punto negativo, y es que el volumen de contratación a largo plazo es decreciente.

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