Wall Street empezaba la sesión en rojo tras el dato de IPP de septiembre, previo a la inflación que se conocerá mañana, pero pasadas las dos primeras horas de cotización, se ha dado la vuelta: A esta hora, el DOW JONES Ind Average sube un 0,47% en los 29.376,38 puntos, el S&P 500 se anota un 0,21% hasta los 3.596,80 y el NASDAQ 100 sube un 0,31% en las 10.824,81 unidades.
Dentro del S&P 500, destacan las alzas del Moderna, de más del 13%. Le sigue Norwegian, que se anota un 4%. Y Pepsico, que sube casi un 3% tras sus cifras. En rojo, T Rowe pierde un 5,5%.
El índice de precios de la producción (IPP), ha quedado por encima de lo esperado, al situarse en tasa anual en el 8,5%. Es una décima por encima de las previsiones, pero por debajo del 8,7% del mes previo. El dato mensual alcanza el 0,4%, desde el -0, 2% anterior y el 0,2% esperado.
“Cualquier lectura “mejor” de lo esperado por los analistas entendemos que será muy bien recibida por los mercados de valores europeos y estadounidenses, mercados cuyo elevado nivel de sobreventa creemos que facilitaría en este caso un rebote generalizado”, apuntan desde Link Securities. En sentido contrario, unas lecturas por encima de lo esperado serán un duro golpe para los inversores y provocarán nuevos descensos en estas bolsas.
Esta tarde, ya con las bolsas europeas cerradas, se publicarán en EEUU las actas de la reunión de septiembre del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, el FOMC. No se esperan sorpresas, la Fed seguirá su plan de situar sus tasas de interés de referencia a niveles restrictivos para la economía, probablemente cercanos al 4,5%, y mantenerlos a ese nivel hasta que la inflación dé síntomas inequívocos de que se está moderando y dirigiendo al objetivo del 2%.
Está por ver el “daño” que en el crecimiento económico estadounidense, mientras cada vez más analistas piensan que la Fed no será capaz de lograr un “aterrizaje suave” de la economía de EEUU y esperan una nueva recesión a mediados del año que viene.
“Es posible que las actas de la Reserva Federal no ayuden a los inversores, ya que los comentarios han quedado obsoletos y los responsables de la política monetaria parecen unificados en su objetivo de derrotar a la inflación. Incluso una buena cifra del IPC mañana puede hacer poco para cambiar eso a corto plazo”, apunta Craig Erlam, analista de mercado sénior, Reino Unido y EMEA, OANDA.
Y es que el panorama macroeconómico no es nada positivo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó su nuevo cuadro macroeconómico, cuadro en el que, si bien mantuvo sin cambios el crecimiento estimado para la economía mundial en 2022 en el 3,2%, revisó a la baja sus expectativas para 2023. Los analistas de este organismo esperan ahora que el PIB mundial se expanda el 2,7% el próximo año frente al 2,9% que esperaban en sus anteriores proyecciones.
“Nada sorprendente, sobre todo si nos atenemos a los factores que han llevado al FMI a esta revisión: la alta inflación, la retirada de estímulos monetarios por parte de los bancos centrales, la guerra de Ucrania y la debilidad de la economía de China, factores que son los mismos que, como hemos señalado antes, vienen lastrando el comportamiento de la renta variable en lo que va de 2022”, apuntan desde Link Securities.
En Europa, el foco sigue puesto en Reino Unido. Los costes de endeudamiento del Estado británico volvieron a subir el miércoles después de que el gobernador del Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés), Andrew Bailey, dijera a los fondos de pensiones que tienen tres días para solucionar los problemas de liquidez antes de que el banco ponga fin a la compra de bonos de emergencia que les ha proporcionado apoyo.
El rendimiento del "gilt" (título de deuda pública británica) a 20 años superó el 5% por primera vez desde el 28 de septiembre. Fue entonces cuando el Banco de Inglaterra actuó para sofocar las turbulencias del mercado de bonos provocadas por los planes del nuevo Estado de la primera ministra británica, Liz Truss, de realizar grandes recortes fiscales sin financiación.
La economía británica se contrajo un 0,3% en agosto con respecto a julio, afectada por la debilidad del sector manufacturero y por los trabajos de mantenimiento que frenaron el sector del petróleo y el gas, mostraron el miércoles datos oficiales. Un sondeo de Reuters entre economistas había apuntado a un crecimiento nulo en agosto.
"La economía se contrajo en agosto, con un retroceso tanto de la producción como de los servicios. Con una pequeña revisión a la baja del crecimiento de julio, la economía se contrajo en el conjunto de los tres últimos meses", dijo el economista jefe de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS, por sus siglas en inglés), Grant Fitzner.
Temporada de resultados
A nivel empresarial, hoy ha publicado sus cuentas trimestrales la multinacional Pepsico. Tras ganar más de lo esperado, ha elevado previsiones. La empresa dijo que espera que los ingresos orgánicos de 2022 aumenten un 12%, frente a la previsión anterior de un aumento del 10%. PepsiCo había elevado sus expectativas de ingresos en abril y julio. PepsiCo espera ahora unas ganancias por acción en moneda constante para el año fiscal 2022 de unos 6,73 dólares, frente a su previsión anterior de 6,63 dólares. Los ingresos netos de la empresa aumentaron alrededor de un 9%, a 21.970 millones de dólares, en el tercer trimestre que finalizó el 3 de septiembre, superando las estimaciones de los analistas de 20.840 millones de dólares, según los datos de IBES de Refinitiv. Sube casi un 3% en la apertura.
El jueves lo harán Delta Air Lines, Domino’s Pizza y Walgreens Boots Alliance, compañías todas ellas de gran relevancia en sus sectores de actividad. Y el plato fuerte llega el viernes, con las cifras de cuatro grandes bancos estadounidenses: JPMorgan Chase, Morgan Stanley, Citigroup y Wells Fargo.
La crisis energética también está alargando su impacto a nivel mundial, aunque Europa se ve más perjudicada. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió el martes que "habrá consecuencias" en las relaciones del país con Arabia Saudita después de que la OPEP+ anunciara la semana pasada que reduciría la producción de petróleo a pesar de las objeciones de Washington.
Los comentarios de Biden se dan un día después de que el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, pidiera congelar la cooperación con Riad, incluida la mayoría de las ventas de armas, acusando al reino de ayudar a financiar la guerra de Rusia en Ucrania tras el anuncio de la OPEP+.
Biden, en una entrevista en la cadena CNN, no quiso hablar de las opciones que está considerando.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que se llevaría a cabo una revisión de la política, pero no dio ningún calendario ni información sobre quién dirigiría la reevaluación. Estados Unidos seguirá de cerca la situación "durante las próximas semanas y meses", señaló.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado en una reunión en San Petersburgo con el presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed, que sus acciones en el marco de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, liderados por Rusia, que juntos forman el grupo conocido como OPEP+, no van encaminadas "contra nadie".
Putin le ha trasladado este martes al príncipe heredero emiratí que desde Moscú buscan "crear estabilidad en los mercados energéticos mundiales", ya que "los países siempre responden a las necesidades del mercado", según ha recogido la agencia de noticias TASS.
A esta hora, los futuros del Brent recuperan un 0,39% hasta los 94,66 dólares y los del West Texas suben un 0,16% en los 89,49 dólares el barril.