El DOW JONES sube en la apertura un 0,83% hasta los 31.919 puntos, mientras que el S&P 500 se anota un 0,98% en 4.005 puntos. Por su parte, el NASDAQ 100 sube un 0,83% hasta los 11.887 puntos. El Dow y el S&P 500 terminaron al alza ayer para dar comienzo a septiembre, rompiendo cuatro días de pérdidas. El Nasdaq Composite cayó, registrando su primera racha de cinco días de pérdidas desde febrero, lastrado por la caída de los valores de semiconductores.
Pese a la apertura alcista de hoy, los tres principales promedios van a terminar previsiblemente la semana a la baja, después de caer en los últimos días de agosto, y van a registrar su tercera semana consecutiva en negativo. Wall Street se ha visto muy perjudicado por los comentarios de los funcionarios de la Reserva Federal anticipando que las subidas de los tipos de interés no se van a frenar en el corto plazo. Ahora, los operadores están pendientes de si las acciones volverán a tocar los mínimos de junio, especialmente teniendo en cuenta que septiembre es un mes históricamente malo para el mercado.
Todas las miradas estaban puestas hoy en el informe de empleo del Departamento de Trabajo, que se ha conocido poco antes de la apertura. La economía estadounidense creó en agosto 315.000 empleos, frente a unas expectativas del mercado que se habían movido entre los 300.000 y los 318.000 empleos. La tasa de paro ha subido al 3,7%, frente al 3,5% esperado. La creación de empleo ha promediado unos 164.000 nuevos puestos por mes desde 2019.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, avisó la semana pasada en un discurso de línea dura en el simposio de Jackson Hole que está dispuesto a aceptar unas condiciones laborales más débiles a cambio de enfriar la espiral inflacionista.
“Si hay un conflicto en los dos mandatos de la Fed mientras trabajan para frenar la inflación, el presidente Powell sitúa la estabilidad de precios por encima del máximo empleo”, señala Jeff Klingelhofer, codirector de inversiones de Thornburg Investment Management.
En el ámbito puramente empresarial, entre los protagonistas de la mañana se destaca Lululemon. Las acciones de la compañía especializada en ropa deportiva se disparan casi un 10% después de que la empresa presentara sus resultados trimestrales ayer tras el cierre. La compañía reportó ganancias ajustadas por acción de 2,20 dólares, frente a las expectativas del mercado de 1,87 dólares. También obtuvo unos ingresos de 1.870 millones de dólares, frente a los 1.770 millones previstos.
Las acciones de Broadcom suben algo más de un 2% después de que la empresa registrara una mejora en las líneas superior e inferior de su cuenta de resultados. La empresa informó de un beneficio por acción ajustado de 9,73 dólares, frente a las estimaciones de Wall Street de 9,56 dólares. Además, los ingresos fueron de 8.460 millones de dólares frente a la estimación de 8.370 millones de dólares.
Buena acogida también del mercado a las cuentas de PagerDuty, que se situaron por encima de las estimaciones de Wall Street. La empresa registró una pérdida de 0,04 dólares por acción, frente a las estimaciones de una pérdida de 0,08 dólares. Los ingresos fueron de 90,3 millones de dólares frente a los 88,1 millones previstos por el mercado.
Fuera de las cuentas trimestrales, los inversores deberán estar atentos también a la cotización de Starbucks. La compañía salta a los titulares tras nombrar a Laxman Narasimhan como su nuevo CEO. Narasimhan fue recientemente consejero delegado del fabricante de Reckitt Benckiser y ha ocupado cargos ejecutivos en PepsiCo. Está previsto que sustituya al consejero delegado interino Howard Schultz el 1 de octubre.
Mientras, en el mercado de renta fija la rentabilidad del bono estadounidense a dos años se relaja tras los datos de empleo. En concreto, cede hasta marcar 3,488% después de que ayer llegase a escalar hasta el 3,516%, el rendimiento más elevado desde noviembre de 2016.
La rentabilidad del bono estadounidense a diez años se sitúa en el 3,286%, mientras que el bono a 30 años paga un 3,3688%.
Los precios del petróleo suben este viernes después de que el G7 haya acordado poner en marcha un mecanismo de limitación de los precios de las exportaciones de petróleo de Rusia, con el fin de reducir la capacidad del Kremlin para financiar su guerra en Ucrania y proteger mejor a los consumidores en medio de la subida de los precios de la energía.
“Nuestro objetivo es alinear la aplicación con el calendario de las medidas relacionadas dentro del sexto paquete de sanciones de la UE”, han señalado los ministros de Economía de los países del G-7 en una declaración conjunta. Antes del anuncio, Rusia había advertido que dejaría de vender petróleo a los países que impusieran topes de precios.
Los Futuros del petróleo Brent suben un 3,28% hasta los 95,06 dólares el barril, al tiempo que el West Texas Intermediate avanza un 3,77%, en 89,39 dólares. Ambas referencias cayeron un 3% ayer, marcando mínimos de dos semanas. El Brent se encaminaba a una caída semanal de casi el 6%, mientras que el WTI se encaminaba a una caída de alrededor del 4% en la semana.
Por otro lado, se espera que la OPEP+ discuta recortes de producción en la reunión que mantendrá el 5 de septiembre, aunque la preocupación por las restricciones debido al Covid-19 de China y por el débil crecimiento mundial siguen presentes.