Mientras que la atención se centra en los planes futuros de Trump, es igualmente importante analizar el legado económico que deja Biden tras su mandato. La gestión económica del actual presidente ha estado marcada por grandes desafíos globales, políticas de recuperación interna y medidas que han tenido efectos mixtos en los mercados, la inflación y el empleo.

Joe Biden asumió la presidencia en enero de 2021 en medio de una crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19. El cierre de negocios, la caída del consumo y las disrupciones en las cadenas de suministro habían golpeado fuertemente a la economía estadounidense, que se encontraba en proceso de recuperación tras el desplome de 2020.

Bajo este contexto, el gobierno de Biden implementó una serie de políticas económicas expansivas orientadas a reactivar la economía, proteger a las familias trabajadoras y modernizar la infraestructura del país. Estas medidas, si bien impulsaron un crecimiento significativo en los primeros años, también contribuyeron a desafíos como el incremento de la inflación, lo que ha marcado gran parte de su mandato.

Principales políticas económicas de Biden

La administración Biden ha centrado su gestión económica durante todos estos años en tres grandes pilares: la recuperación post-pandemia, la modernización de la infraestructura y el fortalecimiento de la clase media. 

El Plan de Rescate Estadounidense (American Rescue Plan)

Aprobado en marzo de 2021, este paquete de estímulo económico de 1.9 billones de dólares tuvo como objetivo principal reactivar la economía tras la pandemia. Incluyó pagos directos de hasta 1,400 dólares a los ciudadanos, beneficios por desempleo extendidos y fondos destinados a pequeñas empresas y gobiernos estatales. 

Esta medida fue clave para estimular el consumo y reducir el desempleo, aunque los críticos también argumentaron que contribuyó a la presión inflacionaria.

La Ley de Infraestructura Bipartidista (Infrastructure Investment and Jobs Act)

Una de las victorias legislativas más significativas de Biden fue la aprobación de un paquete de 1.2 billones de dólares destinado a modernizar la infraestructura del país. Esta ley ha financiado proyectos de carreteras, puentes, transporte público, energía limpia y banda ancha, con el objetivo de crear empleos y fortalecer la competitividad económica de Estados Unidos a largo plazo.

La Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act)

En respuesta al creciente problema de la inflación, esta ley, aprobada en 2022, buscaba reducir el déficit fiscal, controlar los costes de los medicamentos y fomentar la inversión en energías limpias. Incluía incentivos fiscales para la producción de energía renovable y medidas para disminuir las emisiones de carbono, lo que reflejaba un compromiso de los demócratas con la transición hacia una economía verde.

El fortalecimiento del empleo y la industria nacional

Durante la administración Biden, se implementaron políticas para fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de proveedores extranjeros, especialmente en sectores clave como los semiconductores y la tecnología avanzada. La Ley CHIPS y Ciencia de 2022 asignó 280 mil millones de dólares para fomentar la fabricación de chips en Estados Unidos, buscando fortalecer la seguridad económica y tecnológica del país.

Resultados económicos del mandato de Biden

La gestión económica de Biden ha tenido resultados evidentemente dispares.

Crecimiento económico y recuperación del empleo

Tras los estímulos fiscales implementados, la economía de Estados Unidos experimentó un rápido crecimiento en los primeros años del mandato de Biden. La tasa de desempleo, que alcanzó niveles históricos durante la pandemia, se redujo al 3.6% en 2023, una de las cifras más bajas en décadas. Además, se crearon millones de empleos, recuperando gran parte de los puestos perdidos durante la pandemia.

Inflación y aumento del costo de vida

Uno de los mayores desafíos económicos durante la administración de Biden ha sido el aumento de la inflación. En 2022, la inflación alcanzó un máximo del 9.1%, la cifra más alta en 40 años, impulsada por la fuerte demanda, disrupciones en la cadena de suministro y los efectos de la guerra en Ucrania sobre los precios de la energía y los alimentos. 

Si bien la Reserva Federal implementó políticas monetarias restrictivas para controlar la inflación, esta situación generó un aumento del coste de vida, afectando principalmente a las familias de clase media y baja.

Déficit fiscal y deuda pública

Las políticas expansivas del gobierno de Biden también han incrementado el déficit fiscal y la deuda pública, lo que ha generado críticas desde sectores conservadores. Si bien el gobierno argumenta que las inversiones en infraestructura y energías limpias traerán beneficios a largo plazo, el aumento del gasto público sigue siendo un tema de debate.

Avances en transición energética

La administración Biden ha impulsado políticas para acelerar la transición hacia energías limpias, posicionando a Estados Unidos como un líder en la lucha contra el cambio climático. Las inversiones en energía solar, eólica y vehículos eléctricos han crecido, aunque los resultados aún son incipientes y enfrentarán desafíos en términos de implementación.

Con la posible vuelta de Donald Trump a la presidencia, el futuro económico de Estados Unidos podría tomar un rumbo diferente. Trump ha prometido reducir impuestos, eliminar regulaciones y adoptar políticas proteccionistas para favorecer la industria nacional. El tiempo tendrá la última palabra.