1. ¿Cuál es su opinión sobre el futuro a medio plazo de Wall Street?
"En la actualidad, el principal factor para el mercado de Estados Unidos son las expectativas sobre la dirección de los tipos de interés. Los inversores, incluso, suelen interpretar los datos económicos más débiles como algo positivo, ya que pueden traducirse en una política monetaria más laxa durante más tiempo. Sin embargo, de cara a esta última fase del año, deberían ir con cuidado ya que la desaceleración del crecimiento económico, junto con la inminente subida de los tipos impositivos, hace prever algunos vientos en contra".
2. En su opinión, ¿cuáles podrían ser esos vientos en contra?
"Creemos que el aumento de los impuestos afectará a casi todas las empresas, pero variará según el sector. Los inversores tienen que actuar con la debida diligencia para evaluar cualquier posibilidad de un impacto excesivo de ese aumento impositivo y centrarse en compañías sólidas con ventajas competitivas que puedan crecer a largo plazo.
Hay sectores que tienen poca visibilidad sobre el impacto de la inflación. Por ejemplo, el aumento de los costes laborales en la hostelería o la escasez de personal en la industria manufacturera pueden provocar cuellos de botella en la producción. La inflación también tiene un impacto más directo en las industrias que hacen un uso intensivo del capital y es más duradera, ya que las empresas necesitan invertir más a precios más altos. Estas industrias tienden a tener menos poder de fijación de precios por naturaleza.
El aumento de la deuda en EE.UU. puede ser un obstáculo para el crecimiento futuro. Hay otros retos económicos, como la desglobalización y la ralentización del crecimiento de los mercados emergentes. Una cartera con una posición defensiva debería proporcionar comodidad en medio de la incertidumbre".
3. ¿Cuál es su opinión sobre las valoraciones?
"Las valoraciones de la renta variable estadounidense se han visto favorecidas por unos beneficios empresariales mejores de lo esperado. Sin embargo, los bajos tipos de interés también han impulsado el rendimiento de Wall Street. Los tipos de interés históricamente bajos y los márgenes históricamente elevados pueden constituir un factor de desventaja para las empresas en el futuro, si es que se revierten. Los inversores deben permanecer atentos a los fundamentales de las empresas.
Aunque las valoraciones pueden ayudar a determinar el tamaño de las posiciones, los inversores deben centrarse en seleccionar el negocio adecuado con poder de beneficios y permanecer invertidos a largo plazo, orientándose hacia las empresas de crecimiento constante y evitando las de crecimiento más errático".
4. En este entorno, ¿Dónde ven oportunidades?
"En nuestra opinión, las empresas de consumo básico de calidad son predecibles, duraderas y pueden ofrecer una rentabilidad de un dígito o de dos dígitos bajos impulsada por el crecimiento de los beneficios. Sin embargo, el mercado de productos de consumo básico se ha vuelto más difícil debido a los cambios en el comportamiento de los consumidores y en los patrones de consumo. La crisis económica y financiera ha agravado los problemas de estas firmas.
Creemos que siguen desempeñando un papel importante en las carteras de los inversores y demuestran su verdadera capacidad de resistencia en una recesión. Coca-Cola es un ejemplo de compañía de consumo que, en nuestra opinión, tiene una buena cartera de productos y poder de fijación de precios y que, además, ha trabajado para reestructurar internamente y aligerar sus activos. Y en el ámbito de las bebidas alcohólicas, existen oportunidades de sobreprecio y pueden ayudar a desarrollar carteras con poder de fijación de precios y tendencias de consumo positivas.
Además, la tendencia hacia la tecnología que sustenta una mayor productividad y eficiencia debería continuar. Estamos encontrando empresas de crecimiento de buena calidad no solo en el sector tecnológico, sino también en otros sectores como el industrial, donde las empresas están invirtiendo en automatización e inteligencia artificial.
"La mayoría de las empresas están haciendo frente a las presiones inflacionistas y laborales en cierta medida. Para mitigar este problema, Home Depot, por ejemplo, ha invertido en la cadena de suministro y en la logística, lo que le permite adquirir la mercancía, asegurar la entrega y ampliar su cuota de mercado sobre los competidores más pequeños. Además, las compañías con poder de fijación de precios podrán repercutir en sus clientes los aumentos de los costes de los insumos".