- Acabamos de comenzar 2020, si me tuviera que definir como parte el año la industria de asesoramiento financiero, ¿qué me diría? ¿Cuáles son sus previsiones?
Desde el punto de vista del cliente, la industria de asesoramiento financiero parte de un buen punto porque ha sido un año muy bueno, 2029, al contrario que 2018, que fue un año malísimo en rentabilidad. Ninguna clase de activo subió y no hubo dónde refugiarse. Desde un punto de vista de un asesor, es más agradable reunirse con un cliente que va ganando dinero, que con uno que va perdiendo dinero cada mes.
Desde el punto de vista de la propia industria, soy bastante optimista. La industria del asesoramiento financiero va creciendo y va disminuyendo la distribución de producto, que es lo que ha habido históricamente en nuestro país. Nuestro sistema financiero se ha dedicado mucho a distribuir productos o a comercializar productos y cobrar comisión por ellos. Lo que se debe hacer es recomendar productos sin cobrar comisión, para que no haya conflicto de interés. Va subiendo el asesoramiento y va descendiendo la distribución de productos.
- Se cumplen dos años de MiFID II: ¿cómo ha cambiado el día a día de los asesores financieros?
Ha aumentado la protección de los inversores considerablemente, pero ha empeorado un poco el día a día de los asesores por lo farragoso que se hace la cantidad de documentación que hay que tramitar con los clientes y la cantidad de procesos que hay que hacer. Dificulta bastante la labor del asesoramiento, a pesar de que es bueno para los clientes porque aumenta la protección.
- Se está hablando de que con la regulación y con los tipos como los tenemos la industria de gestión de activos está viendo una reducción de márgenes. ¿Cree que esto dará lugar a un proceso de concentración?
Probablemente. Los márgenes se reducen también por el tipo de asesoramiento que hay que ir prestando. Porque hay más transparencia. Hay un poco más de guerra de precios. Probablemente haya, en la industria de gestión de activos, haya concentración de gestoras o gestoras que son compradas por entidades más grandes.
- ¿Qué importancia tiene el asesor en este entorno? ¿Y cómo deja ese posible proceso de concentración a los inversores?
El asesor tiene muchísima importancia porque la recomendación en qué invertir es una de las claves. El producto es algo que se fabrica, entonces el asesoramiento tiene una importancia grandísima.
El proceso de concentración de empresas de asesoramiento es bueno para los clientes porque adquieren más fuerza y los medios que pueden tener para asesorar son superiores.
- El año pasado hubo un gran número de gestoras que lanzaron productos ligados a la sostenibilidad, ¿realmente los inversores están demandando este tipo de estrategias? ¿Hacia dónde cree que va a ir la industria?
Los inversores realmente no lo están demandando mucho. Algo sí, pero poco. Parece que es una moda pero no lo es. Todas las gestoras, tanto nacionales como internacionales, empiezan a tener productos de este tipo. Llegará un momento en el que todos los fondos tendrán que ser así, pero de momento los clientes no lo piden mucho. Es algo excepcional que un cliente te pida un fondo de ISR, pero sí que hay que tenerlos en el portfolio de fondos que tienes seleccionados para asesorar a los clientes.
La industria o el tipo de recomendaciones que puede haber ahora tiene que ir más hacia economía real. Eso también es un poco un erro. Se está sustituyendo en las carteras de los clientes parte de lo que era antes renta fija porque no tiene casi rentabilidad por activos que son muy ilíquidos. Creo que es importante incluirlos en las carteras pero no hay que ir hacia ahí. Hay que tener un poco de todo.
Seguiría teniendo las carteras como se han tenido siempre. Un cliente conservador tiene que tener una dosis muy alta de productos líquidos y con poco riesgo. No hay que caer en la tentación de buscar rentabilidades, o de subirle el riesgo a una cartera por tener rentabilidades más altas.