A golpe de tuit Donald Trump celebró su victoria y fue animando a sus votantes los dos meses que tardó en ocupar el cargo en la Casa Blanca. El presidente más tuitero de la historia de Estados Unidos prometió a los estadounidenses hacer más grande al país. Aseguró que acabaría con la globalización, que echaría a los inmigrantes, acabaría con la reforma sanitaria –la Obamcare-, construiría un muro con México –que pagarían los mexicanos-, ganaría guerras, bajaría los impuestos, invertiría un billón de euros en infraestructuras, desregularizaría al sistema financiero, volvería a las energías menos limpias y echaría a Janet Yellen.

Groso modo, esas eran las principales promesas de Donald Trump y hoy desde su primer viaje oficial a Asia, puede decir que ha cumplido solo unas cuantas de esas promesas, y a medias. Está claro que Janet Yellen desalojará su despacho de la FED para dejarlo en manos de un candidato que todos los expertos consideran que va a seguir haciendo lo mismo.

Es cierto que entre fanfarrias tuiteras, Trump ha sacado al país de algunos tratados de libre comercio –pero solo para mejorar la posición de Estados Unidos-.  Ha desmantelado “un poco”, la Obamacare, ha puesto freno a la entrada de los ciudadanos de algunos países a su país y en el capítulo guerras ya ha encontrado enemigo, el norcoreano Kim Jong Un. Pero su aventura bélica no ha ido más allá –afortunadamente- de un cruce de bravuconadas al más estilo pujilístico con su rival.

Hartwig Kos, Co-Responsable de multiactivos y  Vice-CIO de SYZ Asset Management, señala que “hace un año, los inversores le aclamaron como el salvador de ‘las pequeñas ciudades de América’ –con todo el mundo hablando sobre la reactivación del sector manufacturero y del empleo para los americanos. El espíritu animal estaba aflorando y la renta variable de pequeña capitalización y los bancos subiendo. El propio Trump continuó abogando por la derogación y el reemplazamiento del Obamacare  y las rebajas fiscales, mientras le decía a los americanos que esperaran un paquete en infraestructuras de 1 billón de dólares. ¿Qué ha ocurrido en realidad? El Obamacare todavía está vigente y el debate sobre la reforma fiscal apenas ha comenzado. También ha estado muy calmado sobre lo que iba a hacer en las infraestructuras americanas”

Como explica en el departamento de Research de Deutsche Bank “en este primer año de gobierno se esperaban fuertes políticas de proteccionismo y antiglobalización, así como un aumento del gasto fiscal. Las posturas proteccionistas se han hecho evidentes, pero por ahora no ha habido un cambio en la política fiscal”.

Sin embargo, las bolsa sí compraron sus promesas y reaccionaron con subidas en un movimiento bautizado como el “Trump Trade” en el que se mostraba que los inversores confiaban en un mundo con más crecimiento, más estimulado y con más inflación.

En los últimos 12 meses, el S&P ha tenido un retorno del 23,5% y sus resultados han sido positivos cada mes desde la victoria de Trump. En Deutsche Bank recuerdan que  “no es la reacción más positiva que ha tenido este índice tras unas elecciones: cuando ganó Franklin D. Roosevelt en 1944 el rally fue de un 36,8% en un año”.

 

 

Es más, en la firma calculan que los 12 meses posteriores a la elección de Donald Trump se han saldado con el séptimo mayor rally de las últimas 23 elecciones. El Dow Jones ha subido un 31% y el Russell 2000 se ha apuntado un 25%.

Sin embargo, el presidente más americano desde Lincoln no ha conseguido que su victoria haya hecho que Wall Street sea el mercado más alcista. La bolsa que más sube en estos doce meses ha sido la italiana, seguida de la griega, el DAX…. 

 

Pero desde que Donald Trump ganó las elecciones hace  hoy año, 351 compañías de las 500 que componen el S&P 500 están en positivo. Es más, cuatro suben más de un 100% en bolsa y 38 de ellas se han apuntado más de un 50%. Entre ellas nombres como Facebook, Apple, Amazon o Netflix.

Las subidas en Estados Unidos, con todo, han dejado la valoración de Wall Street en unos niveles elevados. Con todo, parece que sigue estando en niveles asequibles para expertas como la directora de inversión en renta variable de Columbia Threadneele, Nadia Grant. En una reciente nota explica que a un PER de 17 veces beneficios esperados para los próximos doce meses, el mercado parece justamente valorado. Es más, afirma que “cuando miramos a otros activos como los treasuries, el mercado de renta variable sigue sin parecer caro”.

 

 

En opinion de Hartwig Kos, no obstate duda del impacto de Trump en los mercados. “La economía de EE.UU ha continuado evolucionando muy bien y el S&P 500 encadenó siete subidas mensuales consecutivas y más de 50 nuevos máximos en lo que va de año. ¿Trump ha tenido algo que ver con los fuegos artificiales en Wall Street y la sólida expansión de la economía estadounidense? No mucho. El llamado  Trump Trade quedó completamente invalidado en los primeros ocho meses del año, lo que refleja la decepción general de los inversores con la presidencia de Donald Trump hasta el momento“.

Sin embargo, considera que „cualquier posible éxito con respecto a la reforma tributaria de EEUU se podría dar  con o sin Trump. A la luz de las elecciones de 2018, el Partido Republicano, que tiene el control tanto de la Cámara como del Senado, se encuentra bajo una enorme presión para que se ratifique al menos su  legislación estrella. Con esto en mente, el Partido Republicano podría finalmente superar sus diferencias y aprobar un proyecto de ley. Trump es en gran parte simplemente ruido, aunque un ruido que suena muy alto”, explica el experto.

Según Kommer van Trigt, responsable del equipo macroeconómico de renta fija global de Robeco, “por ahora, la economía estadounidense continúa creciendo a un ritmo del 2%-2,5%, como en años anteriores, pero si en Washington se adoptan medidas significativas podríamos empezar a atisbar pronto tasas de crecimiento cercanas al 3%”, afirma. “Ésta, sin embargo, no es nuestra previsión principal.”