Uber está reduciendo sus pérdidas, pero todavía está lejos de poder demostrar que puede ser rentable incluso si funciona su plan para alcanzar su objetivo salir a cotizar a Bolsa el año que viene. Así que, aunque la plataforma sigue haciendo crecer su negocio (aumentan sus usuarios y sus pedidos) sigue perdiendo mucho dinero.
En concreto, según ha informado la compañía este miércoles, en el segundo trimestre de este año, Uber perdió 891 millones de dólares, frente a las pérdidas netas de cerca de un 1.1 billón de dólares del mismo trimestre que hace un año. A pesar de que como empresa privada Uber no necesita divulgar sus finanzas, la plataforma comenzó a hacerlo para aumentar la transparencia mientras hacía malabarismos invirtiendo en nuevos mercados y desinvirtiendo en otros en los que estaba perdiendo millones de dólares. Eliminando lo que se paga a los conductores, las promociones y los reembolsos, sus ingresos netos en este periodo fueron de 2.800 millones de dólares en el último trimestre, un 60% más que en el mismo trimestre del año anterior. Para, Dara Khosrowshahi, director ejecutivo de Uber y responsable del rápido crecimiento comercial de la compañía en 65 países del mundo las cifras suponen una "tasa impresionante para un negocio de nuestra escala".
Sin embargo, los expertos consultados por Reuters aseguran no estar impresionados con las cuentas de Uber. Hay incluso, quien pone en duda que con pérdidas como éstas es previsible esperar una reducción en su valoración cuando llegue el momento del anuncio de su OPI (oferta pública inicial).
Presente en 65 países del mundo y con más de 16,000 empleados, la líder global de las plataformas de transporte, enfrenta riesgos regulatorios en varias ciudades. A principios de este mes, la ciudad de Nueva York anunció que estaba limitando las licencias de los servicios de vehículos por un año, lo que ha supuesto un duro golpe para el crecimiento de empresas como Uber y Lyft.
"Menos de un 0,5 por ciento de las millas que se recorren en Estados Unidos son a través de servicios de transporte compartido, lo que significa una enorme oportunidad", Esas fueron las palabras del presidente de Lyft (el competidor “buenrollero” de Uber que tunea sus vehículos con un bigote rosa), John Zimmer, al anunciar la inversión de Alphabet-Google de 1.000 millones de dólares en su compañía, el otoño pasado.
De esta manera la valoración de Lyft ascendía a 11.000 millones de dólares, gracias a la inyección de capital realizada a través de CapitalIG, propiedad del gigante tecnológico de la matriz de Google y, David Lawee pasó a contar con un asiento en el consejo de administración de Lyft.
En aquel momento el New York Times publicó que la empresa de aplicación de transporte con conductor norteamericana estaba estudiando la posibilidad de empezar a cotizar en Wall Street, para lo que habría mantenido conversaciones con bancos de inversión sobre un posible debut en 2018.
Hasta el momento, no ha habido más noticias sobre su salida a cotizar, pero si de otras dos rondas de financiación para la principal rival de Uber. La última por valor de 600 millones de dólares, el pasado mes de junio, liderada por Fidelity. Su valoración actual alcanza así los 15.000 millones de euros.
¿Y… Cabify? También quiere salir a Bolsa
La española Cabify también se ha visto envuelta en los planes de expansión y concentración del sector que crece de manera imparable. El pasado 9 de julio la compañía que opera en España, Portugal y América Latina desmintió que Lyft pretendiese hacerse con ella.
El mercado le dio credibilidad, ya que la norteamericana ha levantado casi 5.000 millones de dólares (frente a los poco más de 400 millones de Cabify) y una valoración que ya supera los 15.000 millones.
La plataforma que conecta a usuarios con vehículos de alquiler con conductor aseguraba así hace poco más de un mes, que no había celebrado encuentro alguno con directivos de otras compañías para negociar una posible venta parcial o total de la empresa.
En un comunicado la plataforma española aseguraba que se encuentra en un "inmejorable estado de salud financiera y de crecimiento sostenible" y agregó que continúa estableciéndose "en una posición de liderazgo" en los mercados en los que tiene presencia. Cabify insiste en que está "comprometida con la hoja de ruta natural marcada", que es la mencionada salida a bolsa. Según los últimos datos ofrecidos por Cabify, la compañía facturó en 2017 en España 70 millones de euros, frente a los 17 millones de 2016.
Cabify, fundada hace 7 años, opera en 38 ciudades de América Latina, Portugal y en Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla y Valencia. En total cuenta con presencia en 38 ciudades latinoamericanas apoyando su crecimiento en diferentes rondas de financiación millonarias en las que ha incorporado a su capital a gigantes como Rakuten o Cathay Innovation.
En su última ampliación de capital, en enero de este año, captó 160 millones de dólares. De esta manera Cabify ha elevado su valoración en 2018 a 1.400 millones de dólares (1.200,6 millones de euros) obteniendo el estatus de unicornio (start ups de más de mil millones de dólares).