Twitter cumple el día 7 de noviembre dos años como cotizada en bolsa, pero desde luego los ánimos de los inversores con respecto a la red social no si parecen ni remotamente. El día de su debut salió a cotizar a un precio de 26 dólares por título en un precio que ya muchos consideraban exagerado pero que ese día ni se cruzó en las pantallas de los operadores que cambiaban títulos de la empresa a la velocidad del rayo.

La empresa subió el primer día un 72,8% en bolsa y cerró en 44,94 dólares por título. Los meses siguientes estuvieron marcados por la fiebre de los 140 caracteres que hacía que el valor no dejara de subir y subir, hasta que en enero de 2014 sus acciones llegaron a valer 69 dólares.

Ese fue su máximo histórico. A partir de ahí el vértigo de las alturas ha hecho que el valor no deje de caer. De hecho, llega a su segundo aniversario con una cotización apenas 2 dólares por encima de los 26 que fijaron los colocadores para salir a bolsa. No son los mínimos históricos porque entre agosto y septiembre de este año cotizó en los entornos de los 24 dólares. En realidad, la cotizada se ha pasado más tiempo por debajo del cierre de la primera sesión que por encima.




Esto quiere decir que si es usted un inversor particular no entró en Twitter a 26 dólares, ya que ese precio estaba dedicado a los institucionales que entraron en la OPV y que, probablemente, usted pierda dinero con la acción si entró en los primeros meses de vida de la empresa en bolsa. En la actualidad casi un 20% de los accionistas de la empresa son individuales.



Esos días, los expertos se dividían entre los que recomendaban dejar pasar el valor y no entrar por las altas valoraciones y los que veían un nuevo Facebook en ciernes y apostaban por entrar en la operación. Y eso que hubo analistas como Brian Wieser de Pivotal Research Group, el día de su salida a bolsa. Wieser era en aquel entonces el experto menos optimista de la industria y aconsejaba vender los títulos y darles un precio objetivo de 30 dólares por acción. A estas alturas parece una previsión providencial. Por su puesto, la OPV fue sobresuscrita varias veces y fueron centenares los inversores institucionales que entraron en Twitter.



Hoy Twitter es una compañía que desilusiona por su incapacidad de convencer a los usuarios, que no engancha como ocurre con su rival Facebook. De hecho, es imposible comparar dos modelos de negocio: el de Twitter que no es capaz de hacer dinero con sus más de 300 millones de usuarios y el de la empresa que preside Mark Zuckerberg, que es una máquina de monetizar y que con Google atrapan casi toda la publicidad online en el mundo.

Hace unos meses Ben Schachter, un analista de Macquarie’s apuntaba que “la cuestión con Twitter es que después de 9 años de existencia mi madre todavía no entiende qué significa hacer un “hashtag” de algo sin embargo entiende muy bien qué es eso de que te guste algo –en referencia a Facebook-. Esto implica que es todavía muy difícil de usar y muy inaccesible para mucha gente. Todavía no es un producto masivo y no está claro si lo será alguna vez.

Precisamente hemos visto cómo en los últimos días la red social de Microbloggin ha comenzado a añadir funcionalidades y a poner botones parecidos a los de Facebook como el corazón para apuntar que un Tuit nos gusta.

¿Es cuestión de tiempo? Hace solo unas semanas Justin Post, de BofA Merrill Lynch, decía que “en el largo plazo no creemos que invertir en marketing haga que Twitter salte de la rampa, se trata de un problema de producto, en nuestra opinión”. Con todo, el analista afirma que ve potencial en Twitter si continúan apareciendo noticias sobre posibles adquisiciones. No sería la primera vez.

Y no es el único analista que no ve perspectivas a la empresa. Hace unas semanas los expertos de Morgan Stanley rebajaban su precio objetivo hasta 24 dólares por título. Explicaban que para alcanzar las cifras que se esperan, la compañía tendría que lograr un aumento de un 32% de los beneficios por usuario hasta superar los 12.7 dólares y eso es algo prácticamente impensable a estas alturas.

Y eso que este año la empresa ha recibido fuertes compras como la realizada por el príncipe saudí Alwaleed que ha aprovechado los niveles de cotización de la empresa para hacerse con una participación del 5%. (Pinchar para ampliar el gráfico)


En la actualidad el consenso está muy dividido con Twitter, ya que de las 20 recomendaciones que ha recibido, seis son de compra, siete de mantener y siete de venta.

QUIZÁ LE INTERESE LEER:
“Los inversores huyen despavoridos de Twitter”
Morgan Stanley hunde a Twitter