Tal y como había publicado la agencia Bloomberg hace unos días, junto a las cuentas, la compañía ha publicado un programa de reestructuración que se saldará con el despido de un 9% de la plantilla. Se trata de una medida pensada para superar la situación de aparente naufragio en el que navega la compañía, incapaz, por el momento de ganar dinero. En el trimestre ha perdido más de 100 millones de dólares.
Los analistas le achacan la incapacidad para monetizar, como sí hacen Facebook, o Google, su base de clientes. Además, se teme que la propia organización de su servicio es bastante menos atractiva para muchos usuarios que otras redes sociales, como la de Mark Zuckerberg.
Una de las soluciones que había planteado el consejo era la venta. Y, de hecho, la compañía está dispuesta a negociar una operación de este tipo. Sin embargo, al parecer ninguna de las compañías que se habían interesado la compra (Walt Disney, Alphabet.. entre otras) decidió culminar la operación.
De momento, la compañía sigue perdiendo dinero y ante ese escenario está intentando controlar los costes. De hecho, desde que se inició el ejercicio, la compañía cede más de un 20% en bolsa, a pesar de que en las últimas semanas ha recuperado algo de terreno. En doce meses las caídas superan el 40%.
Muy pendientes, por tanto, no solo de cómo son sus resultados por lo que puede afectar al negocio, sino por el comportamiento de la acción en bolsa el día que se conocen las cuentas. Tal y como se puede ver en este gráfico, desde febrero de 2014 –sus primeras cuentas como cotizada-, la compañía solo ha subido en dos ocasiones.
Por el momento, el consenso aconseja comprar las acciones de Twitter con un precio objetivo de 15,84dólares que, de facto, implicarían un potencial de descensos de más de un 3% desde los niveles actuales de cotización.