En su opinión, “los bajos niveles de volatilidad de los mercados parecen insostenibles, en otras palabras, ahora es un buen momento para preparar las carteras para un camino empedrado”, dice Turnill en su último comentario semanal.

Explica que “los programas de expansión monetaria de la FED y otros bancos centrales han atontado la volatlidad a niveles muy bajos entre 2012 y 2014. Este periodo de volatilidad excepcionalmente baja acabó el año pasado, cuando la FED eliminó la compra de activos y comenzó a subir los tipos de interés”, dice el experto.

Sin embargo en su opinión, los gráficos muestran un inquietante comportamiento de la volatilidad recientemente. En Estados Unidos el índice VIX está rozando los mínimos desde agosto del año pasado, muy por debajo de la media histórica.  “Esta inusual calma sigue a la fuerte caída de las bolsas consecuencia de la caída de los precios del petróleo, de la salud de los bancos europeos y China. No espero que esta calma se mantanga y veo una vuelta a mayores niveles de volatilidad típicos de los momentos anteriores al QE”, alerta.



En su opinión el ritmo de subida de los tipos de interés sigue siendo incierto y los riesgos de cola se mantienen. Aunque explica que en el escenario base de BlackRock no se contempla una fuerte devaluación del yuan, la geopolítica va a jugar su papel. “Particularmente en Europa donde se están enfrentando al terrorismo y la inmigración”, además también espera un incremento de las previsiones de inflación en Estados Unidos.


¿Cómo prepararse? El experto considera que el oro se puede convertir en un buen seguro si la volatilidad repunta y ante un aumento de los temores de inflación en Estados Unidos. “También me gustan los bonos que protegen de la inflación (TIPS en sus siglas en inglés) e instrumentos similares.

Explican en la entidad que después de los atentados en Europa se ha producido un aumento del dinero que ha llegado activos refugio como el dólar. También se ha incrementado  la cantidad de dinero que ha ido a ETFs de mercados emergentes. Los cálculos de BlackRock hablan de 8.600 millones de dólares, el máximo desde enero de 2013
 


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