Las últimas declaraciones de Matteo Renzi, el anterior primer ministro y líder del partido de gobierno, el Partido Democrático (PD), han conllevado que muchos expertos consideren más probable que se adelanten las elecciones. Aunque por ahora no dejan de ser sospechas, incluso si Italia celebra las elecciones antes de tiempo, creemos que el resultado más probable es un mayor bloqueo político; una situación que no ha paralizado ni a la economía europea, ni a los mercados.
Las noticias esta semana indican que los cuatro principales partidos polítcos del país han acordado un nuevo sistema electoral, mientras aumentan las sospechas deque haya nuevas elecciones. El partido de centro izquierda de Renzi (PD), el partido antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M55), el partido centro derecha Forza Italia (liderado por Silvio Berlusconi) y el partido de extrema derecha anti europeísta la Liga Norte han acordado aprobar una ley en la primera semana de julio que podría reemplazar el sistema electoral actual con un sistema de representación proporcional similar al alemán. Con este posible acuerdo, Renzi ha sugerido que Italia podría convocar unas elecciones para que se celebrasen al mismo tiempo que las legislativas alemanas de septiembre, sofocando así un aumento de la incertidumbre política en Europa. Pero la anticipación de las elecciones aun no se ha confirmado, son solo especulaciones. Solo el presidente Sergio Mattarella está autorizado para convocar comicios y disolver el parlamento y ya ha indicado que prefiere que el primer ministro Paolo Gentiloni termine la legislatura a principios del año que viene, en vez de unas elecciones anticipadas; sobre todo porque aún no se han resuelto los problemas del sistema bancario ni el presupuesto de 2018.
Las elecciones anticipadas están sobre la mesa solo debido a que hay una mayor claridad política con la decisión de la nueva ley electoral. En enero, el tribunal constitucional descartó la ley electoral italiana. Aprobada en 2015, la ley ofrecía una representación proporcional en ambas cámaras: Senado (alta) y cámara de los diputados (baja). En cualquier caso, los partidos necesitan un 3% de los votos para entrar en la cámára baja, lo que permitía que los menores partidos puedan tener mayor influencia sobre la legislación. La ley también otorgaba una super mayoría (340 escaños, alrededor del 55%), a partidos que hubieran obtenido más de un 40% de los votos en la cámara baja. El tribunal constitucional mantuvo la mayor parte de esta ley intacta, con la expceción del componente de la segunda vuelta. Después de esta decisión, los cuatro partidos políticos principales han mantenido conversaciones para escoger un nuevo sistema electoral y el estilo alemán de representación proprocional es el favorito. Este sistema no favorece a nadie con el bono de super mayoría y requiere que los partidos obtengan al menos un 5% de los votos para entrar en la cámara baja.
Aunque este sistema de estilo alemán aún no está aprobado, el panorama político actual en Italia nos muestra por qué lo prefieren los principales partidos. En un principio, el umbral del 5% les asegura que el poder se consolidará entre PD, M5S, Forza Italia y la Liga Norte. Por ahora, las encuestas muestran que PD y M5S están muy cerca el uno del otro con un 30% de los vostos cada uno, mientras que Forza Italia y la Liga Norte obtendrían alrededor de un 12% cada uno. Bajo una ley electoral de estilo alemanal, esos cuatro partidos podrían obtener más votos, ya que muchos votos de partidos pequeños podrían ir al PD, aunque todas las encuestas muestran que ningún partido podría gobernar el solitario: necesitarían una coalición. Mientras una gran coalición entre los dos partidos más centristas, PD y Forza Italia, tiene sentido bajo este sistema alemán, una coalición anti Euro y anti Unión Europea podría darse entre M5S y la Liga Norte. Las encuestas son muy favorables para el M5S y los datos incrementan los temores de inestabilidad política, si ganasen el poder.
Aunque una posible una coalición anti euro y anti UE suena problemática, la realidad política puede atemperar esas preocupaciones. Para algunos, el M5S no es automáticamente compatible con todos los populismos, y carecen de lazos ideológicas con el resto de partidos (incluso el partido de extrema derecha, Liga Norte, se ha unido anteriorimente con Berlusconi antes de formar parte de un bloque conservador más amplio). Aparte de ser un partido “antisistema”, es dificl precisar los objetivos del M5S más allá de un referendo sobre el euro, e incluso en el partido hay diferentes opiniones sobre el referendo. Incluso después de que el M5S ganara el 25% de los votos en las elecciones generales de 2013, el líder del partido (y ex cómico) Beppe Grillo rechazó aliarse con partidos tradicionales, lo que le costó la representación. Además, el M5S tampoco ha tenido mucho éxito en sus limitados intentos en el poder, el alcalde de Roma (del partido M5S) está involucrado en varios casos de corrupción y terribles problemas con montañas de basura. El M5S se ha enfrentado a los mismos problemas que el resto de partidos. Si se diera una coalición entre el M5S y la Liga Norte, que tiene solo algunos saspectos en común, no se relaizarían demasiados cambios. Por eso, incluso aunque el modelo alemán se pusiera en marcha en unas elecciones anticipadas, y recuerden que todo es hipotético, parece que el bloqueo político persistirá en un futuro próximo. Y esto no ha evitado que la economía italiana haya crecido.
Desde nuestro punto de vista, unas elecciones en Italia, tanto si son a finales de este año o en mayo de 2018, se convertirán en otro capítulo en el libro de la incertidumbre política decayente de la eurozona. A pesar del miedo que produce ahora unas elecciones anticipadas, si se celebraran antes, la incertidumbre se aclararía antes. En lugar de prolongar la preocupación durante un año más, los inversores tendrían las respuestas a las cuestiones que se plantean, como por ejemplo: ¿Liderará el M5S el gobierno? Esto permitiría el final de la incertidumbre, ya que conocer el resultado siempre conlleva alivio. Es más, incluso si el M5S gana, esto no implica inmediatamente un “Italexit”. O más poéticamente un “Quitaly”. La constitución italiana prohibe cambiar las condiciones de los tratados a través de un referendo, que es lo que pretende el M5S. Así que mientras esta cuestión siga pendiente, las elecciones italianas no permitirán cambios drásticos que pondrían en peligro el futuro más próximo del país, por no hablar de la eurozona.
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