La cuestión es que Donald Trump está convencido de que hay países que están manipulando a la baja sus propias monedas para poder favorecer sus exportaciones y meterlo todo dentro de lo que él llama “comercio injusto”.
Evidentemente, la principal de las miradas va hacia China, pues en sus promesas electorales dijo que iba calificar al país asiático como “manipulador de divisas”. De momento eso no lo ha hecho, y sería un acto bastante importante que tendría consecuencias, así que parece que toda la Casa Blanca está buscando vías alternativas para poder acotar este tipo de movimientos en el mercado de divisas. Algunas de las opciones son las de evitar que haya inversiones norteamericanas en este tipo de países, no contratar acuerdos comerciales con ellos y también poner trabas legales para que empresas norteamericanas inviertan allí.
Está por ver si los programas cuantitativos realizados por otros países son considerados como manipulación de monedas, porque recordemos que quien hizo un movimiento que devaluó su moneda, exportando inflación al resto de países, fue Estados Unidos y la Reserva Federal iniciando los programas cuantitativos.