Uno de los principales efectos inmediatos que puede surgir en los mercados ante la llegada de un nuevo presidente es la volatilidad. Los inversionistas suelen reaccionar a la incertidumbre sobre las futuras políticas económicas. En el caso de Trump, esta volatilidad se intensificó debido a su estilo disruptivo y su enfoque poco convencional en temas económicos, como los acuerdos comerciales y las regulaciones empresariales.
En los días previos y posteriores a la toma de posesión, los índices bursátiles como el S&P 5000 y el Dow Jones mostraron oscilaciones significativas. Aunque algunos sectores, como el energético y el financiero, reaccionaron positivamente ante las promesas de desregulación, otros, como el tecnológico y el de bienes de consumo, experimentaron caídas debido a temores sobre políticas proteccionistas y posibles conflictos comerciales. Muchos analistas prevén que la historia se repita.
Promesas de estímulo fiscal y su impacto en los mercados
Una de las promesas más destacadas de Trump durante su campaña ha sido la implementación de un agresivo estímulo fiscal, incluyendo recortes de impuestos para las empresas y un aumento en el gasto en infraestructura. Estas medidas han generado optimismo entre los inversores, quienes han anticipado un crecimiento económico acelerado bajo la nueva administración republicana.
El mercado de valores reaccionó favorablemente a estas perspectivas en algunos sectores clave. Las empresas de construcción y materiales, por ejemplo, registraron ganancias significativas ante la posibilidad de un aumento en los proyectos de infraestructura pública. Asimismo, los recortes fiscales prometidos impulsaron las acciones de grandes corporaciones, especialmente aquellas con operaciones internacionales que podrían repatriar ganancias a tasas impositivas más bajas.
Sin embargo, este optimismo ha estado acompañado de preocupaciones sobre el impacto a largo plazo de estas medidas en el déficit fiscal. El aumento del gasto sin un plan claro para compensarlo podría llevar a un incremento en la deuda pública de EEUU. lo que eventualmente afectaría los mercados de bonos y la confianza en la economía estadounidense.
Trump también ha marcado su llegada a la presidencia con una postura proteccionista en materia de comercio internacional. Su promesa de renegociar acuerdos comerciales como el NAFTA (ahora USMCA) y su retórica sobre la imposición de aranceles a países como China y México han creado tensiones en los mercados globales.
Los mercados emergentes, particularmente aquellos que dependen del comercio con Estados Unidos, han experimentado una presión significativa. Las monedas como el peso mexicano y el yuan chino han sufrido devaluaciones frente al dólar, mientras que los inversores extranjeros han llegado a reconsiderar sus estrategias en estas regiones debido al aumento del riesgo geopolítico.
En contraste, algunas empresas estadounidenses ven oportunidades en esta nueva política comercial con el regreso de Trump. Industrias manufactureras y de bienes locales se han anticipado a un mayor respaldo gubernamental para impulsar la producción interna, lo que estimuló brevemente sus valores en el mercado.
Cambios en la política monetaria
La presidencia de Trump también plantea interrogantes sobre la política monetaria de la Reserva Federal (Fed). Aunque la Fed es una institución independiente, los comentarios de Trump sobre las tasas de interés y su influencia en el desempeño económico han generado cierta incertidumbre en los mercados.
En un entorno donde se espera una subida gradual de las tasas para controlar la inflación, los inversores se muestran atentos a cómo las presiones de la administración pueden influir en las decisiones del banco central. Cualquier indicio de conflicto entre la Casa Blanca y la Fed tiene el potencial de aumentar la volatilidad en los mercados financieros y afectar la confianza de los inversores.
Sectores ganadores y perdedores
La llegada de Trump al poder ha creado un panorama desigual en los mercados financieros, con sectores beneficiados y otros que prevén enfrentarse incluso en dificultades. Entre los ganadores destacan el sector de la energía y los recursos naturales con promesas de desregulación y apoyo a los combustibles fósiles que van a favorecer a empresas de petróleo, gas y carbón.
También, los recortes fiscales y la posibilidad de reducir regulaciones, como las impuestas por Dodd-Frank, se prevé impulsen a los bancos y compañías de servicios financieros.
Por otro lado, algunos sectores que enfrentan dudas con la vuelta de Donald Trump al poder son el tecnológico, debido a las fuertes tensiones comerciales y la posibilidad de restricciones a la inmigración de trabajadores calificados que podrían afectar a las perspectivas de crecimiento en este sector.
Y, cómo no, las políticas proteccionistas y los posibles aranceles a las importaciones que incrementaron los costes para empresas que dependen de cadenas de suministro globales.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017 tuvo un impacto significativo en los mercados financieros, marcado por volatilidad, oportunidades y riesgos. En 2024, estas lecciones siguen siendo relevantes para entender cómo los cambios de liderazgo político pueden influir en las finanzas globales. Todo aún está por decidir…