Se ha dado una rotación sectorial a favor de los sectores defensivos. El sector bancario, muy castigado por las inquietudes de los inversores, en torno al riesgo de multas, como le ha ocurrido a BNP Paribas, y por el caso concreto de Banco Espirito Santo, ha registrado los descensos más acusados y ha caído un 6,2%. Los sectores que habían anotado buenas rentabilidades desde comienzos de año también han sufrido descensos: -5,6% en energía, 5,4% en telecomunicaciones y -5% en construcción. Los sectores más defensivos han aguantado mejor, con caídas comprendidas entre el 1,2% y el 1,7%, al igual que el sector asegurador, que cierra casi sin cambios.
Sin embargo, continuamos convencidos de que este movimiento es temporal y que el mercado europeo debería seguir subiendo después de los acontecimientos recientes. La prima de riesgo de este mercado se mueve todavía en un nivel elevado y atractivo
En este entorno de tipos de interés bajos, el diferencial de rendimiento hace más atractivas las rentabilidades de las acciones, ya que el riesgo ya no está remunerado en la deuda pública de los países centrales ni en los países periféricos, que se mueven en niveles muy próximos a la deuda pública estadounidense a diez años. Además, estos tipos bajos, sumados a los reducidos niveles de endeudamiento de las empresas europeas, sugieren que podrían continuar las operaciones de fusiones y adquisiciones con efectos positivos inmediatos en los resultados y los márgenes de los actores involucrados.