La duración corta responde a una necesidad conservadora por parte de los inversores, a menos duración menos riesgo de subida de tipos. En AXA IM llevamos años centrados en unas estrategias que hemos gestionado con rentabilidades muy buenas, carteras que invierten en bonos de high yield pero en la parte más corta de los vencimientos. Lo que conseguimos es tener carteras de bonos con duración más baja que una de bonos tradicionales y con una volatilidad que viene a ser 1/3 de la de los fondos tradicionales de high yield.
El fondo European Short duration high yield este año lleva una rentabilidad superior al 18% y el equivalente en EEEUU, más del 5%.
Son dos clases de activo bastante diferentes. Es cierto que de cara a 2013 hay muchos invesrores que se plantean seriamente tomar posiciones en los mercados de renta variable mundiales pero donde se enfrentan a un panorama no exento de volatilidad. Esta tendría sentido si vemos crecimiento en EEUU que tuviera como consecuencia una subida de tipos, ese escenario haría que los inversores de forma homogénea redujeran sus carteras de renta fija a favor de la renta variable. Si no, la parte de las carteras invertidas en renta variable será pequeña.
Claramente bonos corporativos, bonos corporativos de alta rentabilidad y volatilidad baja, y de forma selectiva empezar a ver algo de renta variable en determinados mercados y compañías. En EEUU la renta variable de crecimiento tiene más sentido que la renta variable de sesgo valor y en Europa, es cierto que hay muchas incertidumbres pero aun así hay compañías que representan muy bien a la economía global y emergentes, con stándares de gobierno corporativo muy buenos.