Sí, todo lo anterior pertenece a un futuro figurado. Pura economía ficción. O no tanto, porque un futuro así, tan impensable, tan imposible, es el que esperaría a la primera economía del mundo si repitiera los patrones de las tres últimas recesiones, las sufridas en 1990-1991, 2001 y 2007-2009. La Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, las ha combatido con unas drásticas rebajas de los tipos de interés.
Estos recortes han oscilado entre los 5 y los 7 puntos porcentuales. En la recesión sufrida entre julio de 1990 y marzo de 1991, la Fed, entonces presidida por Alan Greenspan, redujo los tipos en 675 puntos básicos, del 9,75% al 3%. Una década después, y con Greenspan aún al mando, combatió los ochos meses de contracción vividos entre marzo y noviembre de 2001 con un recorte de los intereses de 5,5 puntos porcentuales, del 6,5% al 1%.

Seis años después, y ya con Ben Bernanke en la presidencia, la Fed luchó contra la Gran Recesión, que fue el mayor ciclo contractivo desde la Gran Depresión de los años 30 porque se prolongó durante 18 meses entre diciembre de 2007 y junio de 2009, con otra secuencia historia. Abarató el precio del dinero del 5,25% al 0-0,25%. El banco central estadounidense nunca había llegado tan lejos a la hora de bajar los tipos.
Estos tres ciclos evidencian dos realidades que caminan paralelas: cada recesión conduce cada vez a tipos más reducidos cuando termina la secuencia de recortes -3% en la primera, 1% en la segunda y 0-0,25% en la tercera- y cada ciclo de subidas de los tipos posterior finaliza con un techo más bajo -9,75%, 6,5% y 5,25%-.
Si la Reserva Federal hace lo que se espera, los tipos no se moverán en la reunión de septiembre
NADA ES IGUAL
En la actualidad, la segunda de esas realidades alcanza cotas sin precedentes. Tras 87 meses de crecimiento a sus espaldas, puesto que oficialmente la recesión terminó en EEUU en julio de 2009, la Fed apenas ha tenido margen para elevar los tipos una vez. Fue en diciembre de 2015, cuando los subió en un cuarto de punto, de ese histórico 0-0,25% al no menos espectacular 0,25-0,50%.
Y ahí siguen, a la espera de la decisión que la entidad presidida por Janet Yellen, que relevó a Bernanke en 2014, adoptará en la reunión de política monetaria que comienza este martes y finalizará mañana. Si la Fed hace lo que se espera, los tipos no se moverán por ahora. "Está bastante claro que la Fed no subirá los tipos de interés esta semana, pero que seguramente usará la reunión para establecer el escenario para diciembre y más adelante", asegura Luke Bartholomew, gestor de Aberdeen AM.

Ahora bien, aunque este miércoles anuncie una subida que el mercado no espera, e incluso aunque acometa alguna subida adicional en los próximos meses, este ciclo alcista de los tipos ya es diferente a cualquier otro. Como asegura Yves Longchamp, director de análisis de Ethenea Independent Investors AG, "queda claro que la Fed se ha retrasado en el presente ciclo a la hora de efectuar una subida de tipos, aunque resulta obvio también que este ciclo era diferente". Es más, la necesidad de recuperar parte de ese terreno y contar con más margen en el futuro figurarán entre los argumentos que Yellen esgrimirá esta semana en caso de que quiera sorprender con un repunte de los tipos.
EL FUTURO SIEMPRE SE ADELANTA
Porque los bajos intereses actuales lo cambian todo. Si la Fed repitiera el patrón que ha seguido en las últimas recesiones, consistente en rebajar el precio del dinero entre 5 y 7 puntos porcentuales, ese retraso anticipa un panorama sin precedentes. Por mucho que le dé tiempo a elevar los tipos hasta el 1,5% o el 2%, un nivel de llegada que requeriría entre cuatro y seis subidas adicionales de los intereses que el mercado no contempla actualmente de ninguna manera y que aún así seguiría siendo anormalmente reducido, Yellen -o quien le suceda- no podrá explotar tanto la palanca de los tipos. Salvo que, claro está, lleve a la realidad ese ejercicio de economía ficción y sitúe los tipos oficiales en el -3%, en el -4% o en el -5%.
Consciente de esta limitación, Yellen, durante su reciente intervención en el Simposio de Jackson Hole, ya preparó el terreno para confirmar que la Fed está trabajando en la estrategia monetaria que seguirá en el futuro. Partiendo del dato de que, de media, la entidad ha rebajado los tipos en 5,5 puntos porcentuales en las nueve últimas recesiones, minimizó la importancia que tendrá que ahora se quede por debajo. "Esta simple comparación exagera los límites de la política monetaria a partir de unos tipos al 0%", matizó.
Aunque, sobre todo, se centró en asegurar que la Fed dispone de más herramientas. "Que ahora exista poco margen para bajar los tipos no significa que la Fed no pueda proveer una apreciable acomodación monetaria en caso de que el crecimiento pierda fuerza a corto plazo", defendió. Y sentenció: "Incluso si los tipos siguen más bajos que en el pasado, creo que la política monetaria será capaz de responder efectivamente ante futuras recesiones".
Su seguridad, sin embargo, no convence a todos. Larry Summers, quien fue secretario del Tesoro en EEUU con Bill Clinton y quien sonó para relevar a Bernanke al frente de la Fed, alberga más dudas sobre las auténticas capacidades de la entidad monetaria. "La Fed cree que podrá combatir la siguiente recesión. No debería estar tan segura", escribió en The Washington Post.
Por el momento, este debate suena lejano. Parece que la Fed tiene bastante con decidir si sube o no los tipos este miércoles. Pero Yellen, en Jakcson Hole, ya lo elevó a la esfera pública. Porque sabe que el futuro ya le espera. Y también una recesión que, por calendario -el ciclo expansivo más longevo duró 120 meses-, vendrá más pronto que tarde.