USDD, una moneda estable ‘algorítmica’ que se supone que siempre vale 1 dólar, se desplomó hasta 93 céntimos el domingo. El creador de la moneda ha acumulado una reserva de bitcoins y otros tokens digitales por valor de cerca de 2.000 millones de dólares, para disponer de un colchón en caso de que los inversores huyan en masa.
La situación ha hecho temer que el USDD pueda sufrir el mismo destino que terraUSD, o UST, la stablecoin que naufragó y que formaba parte de un experimento llamado Terra. El hundimiento de UST desencadenó una venta más amplia de las criptomonedas, que se ha visto exacerbada en las últimas semanas por una creciente crisis de liquidez en el mercado.
La Tron DAO Reserve, que supervisa y gestiona la stablecoin, dijo que era de esperar un cierto grado de volatilidad en el precio de USDD dada su naturaleza “descentralizada”. “Cierto % de volatilidad es inevitable”, tuiteó la organización la semana pasada. “Actualmente, el índice de volatilidad del mercado está dentro del +- 3%, un rango aceptable. Vigilaremos el mercado muy de cerca y actuaremos en consecuencia”.
A pesar de las preocupaciones sobre una repetición de la saga de Terra, los expertos dicen que es poco probable que sea el caso, ya que USDD es mucho más pequeño en tamaño y ha visto poca aceptación de los criptoinversores.
El USDD se lanzó a principios de mayo, días antes de que el UST empezara a caer por debajo de 1 dólar. Durante la última semana, ha cotizado constantemente por debajo de su objetivo de fijar el dólar en medio de un aumento de las ventas.
En lugar de acumular dinero en efectivo y otros activos similares, el USDD ejecuta un complejo algoritmo -combinado con un token relacionado llamado tron- para mantener una relación de uno a uno con el dólar. Terra operaba de forma muy parecida, creando y destruyendo unidades de UST y una moneda hermana llamada luna para evitar la necesidad de tener reservas para respaldar la stablecoin.
Otra similitud que comparte USDD con UST es que ha acumulado un considerable caché de otros tokens digitales para ayudar a impulsar su precio en caso de que los inversores se retiren en masa. Terra compró criptomonedas por valor de miles de millones de dólares en un esfuerzo por mantener a flote su stablecoin, un movimiento que finalmente resultó inútil.