Acosados por la desaceleración económica de sus países y bajo presión para poner fin a una guerra comercial, Xi Jinping y Donald Trump llegaron a un compromiso para, al menos, evitar infligir más dolor por el momento.
En este punto el acuerdo es sólo verbal y los detalles son pocos; en algunos casos, desde la gestora consideran que debemos confiar en la palabra del presidente Trump con respecto a los compromisos chinos. Sin embargo, EE.UU. ha acordado suspender una escalada de aranceles a cambio de las promesas de China de compra de productos agrícolas, medidas sobre propiedad intelectual, divisas y servicios financieros.
Desde la perspectiva china, esto no ofrece el escenario ideal de reducción de aranceles, pero al menos no es un acuerdo costoso. El país necesita más suministros de alimentos, con la inflación de los precios de los alimentos en aumento, por lo que apenas es una concesión. Del mismo modo, la apertura financiera está en marcha, por lo que esto no es realmente una concesión.
El mes de diciembre puede ser un punto de inflexión. En Schroders sospechan que los chinos también están atentos al calendario político de EE.UU. y calculando que a medida que el presidente Trump lucha contra un impeachment y por su reelección, su capacidad para librar una guerra comercial podría verse disminuida. Por supuesto, también podría atacar y tratar de contentar a sus bases con un nuevo ataque a un enemigo extranjero.
Según opina Keith Wade, Economista Jefe de Schroders: "desde el punto de vista de EE.UU., esto parece menos sólido estratégicamente. Puede reducir marginalmente la presión para las empresas nacionales y los consumidores, pero recuerde que los aranceles existentes continúan establecidos. Tal vez se pueda hacer presentar como una victoria política en un momento de crecientes problemas para el presidente. De lo contrario, parece que reduce la influencia en un momento clave" |
¿Cuáles serán las próximas fechas clave?
En cuanto a lo que viene después, para Schroders hay dos fechas a tener en cuenta. La primera es la reunión de APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) entre Trump y Xi, momento en el que este acuerdo debería estar escrito y finalizado, listo para su aprobación oficial. El segundo es la fecha límite del 15 de diciembre para los nuevos aranceles del 15% sobre alrededor de 160.000 millones de dólares de bienes chinos.
¿Impactará en el crecimiento global?
El anuncio de un acuerdo comercial de primera fase entre EE.UU. y China debe ser visto como algo positivo, pero sólo puede tener un efecto limitado sobre el crecimiento mundial. Supondrá un impulso para los ganaderos y agricultores estadounidenses a medida que China compre más carne de cerdo y soja, pero por lo demás lo único que tenemos en este momento es un aplazamiento de la subida arancelaria del 25% al 30% propuesta para esta semana.
En lo que respecta a las empresas, la incertidumbre persistirá a medida que se mantengan los aranceles y la amenaza de nuevos aumentos se utilizará como instrumento de negociación para impulsar un acuerdo más importante en materia de propiedad intelectual. Es probable que la guerra tecnológica continúe, ya que las preocupaciones de seguridad siguen siendo altas.
Mientras tanto, también podría abrirse un nuevo frente en los mercados de capitales, con EE.UU. reduciendo los flujos de capital con China a través de la restricción de las salidas a bolsas o de la inversión institucional en el extranjero. Este acuerdo de primera fase es un paso en la dirección correcta, pero se necesitarán muchos más para superar la guerra comercial.