En sus resultados del segundo semestre, la operadora publicó unas cifras buenas sabiendo que es una compañía madura que no publicará crecimientos espectaculares pero tiene una evolución consistente. “Los ingresos crecieron un 4,2%, el OIBDA aumentó un 2,7% en el semestre y el beneficio neto se contrajo un 88% por la ausencia de extraordinarios, ya que no había vendido torres y por el gasto derivado de la fusión con O2”, recuerda María Mira, analista fundamental en Estrategias de inversión. La deuda cerró el primer semestre en 27.800 millones y “nuestra estimación es que cerrará 2022 en los 32.950 millones y se moderará ligeramente en 2023”, tal y como se puede ver en la ficha de cotización de Telefónica.
La solvencia de Telefónica, que es donde se combinan las partidas del balance (activo y pasivo), ha mejorado mucho y “cuenta con múltiplos de solvencia sólidos. La deuda financiera neta respecto al OIBDA por debajo de 3 veces y moderándose para 2023 dan cuenta del buen balance que hay entre generación de EBIT y reducción de deuda”. Aunque la operadora ha revisado al alza sus propias previsiones para el año, “somos menos optimistas que la compañía. Esperamos que se cierre el año con unos ingresos de 39.000 millones, EBITDA de 12.330 millones y beneficio neto de 1850 millones”.
En cuanto a los múltiplos y ratios bursátiles, que combina la evolución de la acción con esas partidas de resultados, en 2022-2023 no hay tanta infravaloración en la compañía como tenía en 2020-2021 pero sigue barata, respecto a sus competidores y a sus ratios históricos. “Cotiza a 10,5x PER, para 2023 esperamos un ratio de 9,75x con una es estimación de 0,35 euros en el beneficio por acción. Por precio sobre ventas cotiza a 0,5x, también está barata, con un cash Flow muy moderado con margen de crecimiento de 1,92”
Y por último, en un momento de alta inflación, Telefónica es una de las compañías más generosas con sus accionistas vía dividendos con una rentabilidad del 8,9%, superior a la de sus competidores. Por lo tanto, la compañía mejora sus fundamentales, está centrada en sus principales mercados – quizás a medio plazo la penalización puede venir de su exposición a Reino Unido – pero a largo plazo buen posicionamiento y mejora de fundamentales, además de cotizar barata por múltiplos”, sentencia Mira. Ver: Telefónica: barata y generosa con fundamento.
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A nivel técnico, José Antonio González, analista técnico en Estrategias de inversión reconoce que la cotización “viene desarrollando a medio plazo un importante proceso correctivo. En el último trimestre ha tenido un giro bajista muy importante que provoca una caída de máximo a mínimo superior al 30%”. Un giro bajista, dice González, que responde a argumentos técnicos. “La zona de anterior soporte, ahora resistencia, en 4,60-4,96 euros es muy importante y donde ha habido un claro posicionamiento por parte de la oferta”. También tiene el 38,2% de Fibonacci de toda la gran estructura bajista que parte desde los máximos de agosto de 2015 hasta los mínimos de octubre de 2020 y tiene lecturas de excesos en indicadores como el estocástico mensual.
“A partir de aquí la vulneración de la directriz creciente permite confirmar una figura de continuación de tendencia bajista, puesto que la estructura de fondo de muy largo plazo es claramente bajista. Si proyectamos el objetivo mínimo de caída derivado de la cuña ascendente tendríamos como objetivo vigente los 2,83 euros por acción, que supone una caída adicional del 19% a medio plazo en el valor”.
Este experto reconoce que no habrá síntoma de fortaleza en el valor mientras no supere los 5 euros por acción.