El acuerdo, que “reduce el gasto público y no contiene nuevos impuestos”, debe todavía ser votado por la Cámara de Representantes y el Senado.
McCarthy ha asegurado que el acuerdo recoge una “histórica” reducción del gasto público y reformas que “sacarán a las personas de la pobreza y las incorporará a la fuerza laboral”. Además, ha recalcado que no contiene nuevos impuestos.
El presidente de EEUU, Joe Biden, ha publicado, por su parte, un comunicado en el que reconoce que el principio de acuerdo contiene concesiones de los demócratas, pero mantiene las “prioridades clave” de su Gobierno.
El mandatario ha confirmado que los equipos de negociación de ambos partidos tienen la tarea de finalizar el texto legislativo, que será votado tanto en la Cámara de Representantes (controlada por los republicanos) como en el Senado (controlada por los demócratas). “Insto encarecidamente a ambas cámaras a que aprueben el acuerdo de inmediato”, ha señalado.
“Si bien es cierto que el mencionado acuerdo debe ser aún ratificado por las dos cámaras del Congreso de EEUU, esperamos que, a pesar de la oposición de las alas más radicales de los partidos republicano y demócrata, se alcance tanto en la Casa de Representantes, controlada por los republicanos, como en el Senado, donde los demócratas tienen mayoría, las mayorías necesarias para que la ley llegue al presidente Biden a finales de esta semana para ser ratificada”, señala Juan J. Fernández-Figares, de Link Gestión.
En ese sentido, cabe destacar que este fin de semana la secretaria del Tesoro, Yellen, ha retrasado del 1 de junio al 5 del mismo mes el conocido como día “X”, a partir del que EEUU no podrá hacer frente a sus compromisos de pago, lo que da un mayor margen de maniobra a las dos cámaras para la tramitación de la ley.
El acuerdo “evitará un potencial default de EEUU, escenario que habría sido desastroso para la economía de este país, para la economía mundial y para los mercados financieros globales”, añade Fernández-Figares.