“El cateterismo cardíaco es un procedimiento complejo e invasivo que consiste en la introducción de unos catéteres que se llevan hasta el corazón para valorar la anatomía del mismo y de las arterias coronarias, así como para ver la función del corazón (cuánta sangre bombea), medir presiones de las cavidades cardíacas e, incluso, saber si hay alguna válvula alterada”, detalla el doctor Juan Vicente Vilar, jefe del servicio de Hemodinámica y Cardiología intervencionista de Quirónsalud Valencia.
Además, esta intervención permite ver si existen defectos congénitos (de nacimiento), como comunicaciones (orificios) en el tabique auricular o ventricular; medir concentraciones de oxígeno en diferentes partes del corazón; y obtener muestras de tejido cardiaco (biopsia) para el diagnóstico ciertas enfermedades. Incluso permite implantar válvulas cardíacas gracias a la denominada técnica TAVI.
Un paso más, la angioplastia coronaria
Pero una técnica complementaria al cateterismo es la coronariografía, según afirma el doctor Vilar, quien la describe como un procedimiento que completa al cateterismo cardiaco y que se realiza en la misma intervención que este: “Tras la inyección del contraste en el sistema circulatorio, se consiguen ver, mediante rayos X, las arterias coronarias. Igual que en el cateterismo, todas las imágenes se graban para su posterior estudio”.
Es más, relata que con la coronariografía los especialistas cardiólogos de Quirónsalud ponen de manifiesto si existen obstrucciones o estrecheces en las arterias coronarias, su localización exacta, así como el número de arterias afectadas o la severidad de las lesiones (estrechamientos).
“Es una prueba imprescindible en algunos casos, por ejemplo, cuando un paciente sufre un infarto, ya que es muy importante abrir la arteria obstruida que produce el infarto de forma precoz, lo que se denomina angioplastia primaria. Gracias a esta rápida intervención logramos reducir la zona del infarto y salvar gran cantidad de músculo cardiaco, lo que permite que a la larga que el corazón sea fuerte y haya menos insuficiencia cardíaca y menos mortalidad, permitiendo al paciente realizar una vida totalmente normal. La coronariografía es muy rentable desde el punto de vista médico por la información que aporta para tratar adecuadamente al enfermo: los resultados obtenidos son claves en la decisión sobre el tratamiento y la calidad de vida posterior del paciente”, sostiene el jefe del servicio de Hemodinámica y Cardiología intervencionista del citado centro hospitalario valenciano.
En concreto, la gran mayoría de los procedimientos terapéuticos que se realizan en el laboratorio de hemodinámica están en relación con el implante de stents en las arterias coronarias (los famosos muelles), por que el paciente presenta cardiopatía isquémica (problemas circulatorios en las arterias coronarias), manifestándose la enfermedad en la mayor parte de las ocasiones como una angina de pecho, un infarto de miocardio, o signos en las pruebas no invasivas practicadas por los cardiólogos que sugerirían un déficit en la irrigación del músculo cardíaco.
“Los stents son dispositivos metálicos de diferentes diseños que se introducen en las arterias coronarias y actúan apuntalando su pared. De esta forma se evita la oclusión o cierre brusco de la arteria posterior. El paciente es llevado al laboratorio de hemodinámica y se realiza un cateterismo cardiaco y una coronariografía”, detalla el cardiólogo.
Una vez el catéter se encuentra en las arterias coronarias, dice este experto que se inyecta el contraste y se ve en qué lugares están los estrechamientos de las arterias: “Entonces se pasa a realizar la angioplastia de la arteria coronaria, donde se introduce un balón en la arteria y se lleva hasta el corazón (guiándose por rayos X)”.
Subraya también que, al inflar el balón dentro de la arteria coronaria, la zona estrechada se dilata y la sangre fluye normalmente. “Tras realizar el inflado del balón, se coloca el stent coronario para que la arteria se quede abierta de forma permanente. En la mayoría de los casos, el paciente recibe el alta en las primeras 24 horas tras el procedimiento”, resalta.
En concreto, el experto de Quirónsalud Valencia mantiene que el stent está indicado en pacientes con infarto agudo de miocardio, con angioplastia primaria; en cualquier manifestación de la cardiopatía isquémica, angioplastia electiva. “A día de hoy en España se colocan al año más de 100.000 stents, de los que entre el 20% y el 25% se realiza tras un infarto de miocardio. Se trata de dispositivos muy eficaces y seguros, con un porcentaje muy bajo de complicaciones para el paciente, siguiendo las instrucciones aconsejadas por su especialista en cardiología”, añade.
Cómo se hace un cateterismo
El cateterismo se realiza en el laboratorio de hemodinámica, en los siguientes pasos, según enumera este cardiólogo:
- Se desinfecta la piel de la ingle (si se va a puncionar la arteria o vena femoral) o la muñeca (si se va a acceder por vía radial). Para tranquilidad de los pacientes, la gran mayoría de los cateterismos se realizan por punción en la muñeca, lo que evita la inmovilidad del paciente, permitiendo que se levante inmediatamente tras realizar el procedimiento.
- Se anestesia la zona (anestesia local) desde donde se van a introducir los catéteres, para que el paciente no sufra molestias.
- Se introducen los catéteres en el torrente sanguíneo a través de una vena o de una arteria.
- Los catéteres avanzan hasta el corazón bajo control radiológico (durante el mismo procedimiento hay un aparato de rayos X a través del cual se ve por donde van pasando los catéteres).
- Se mide la presión en las cavidades.
- Se inyecta una sustancia (contraste) en el ventrículo izquierdo que hace visible la sangre con el equipo radiológico y permite estudiar el movimiento de las paredes del corazón, su tamaño, posibles alteraciones en las válvulas cardíacas y existencia de orificios anormales.
- Se llevan los catéteres hasta la porción inicial de las arterias coronarias y se inyecta contraste radiológico que las rellena y permite visualizarlas.
- El proceso se graba en una película para su posterior análisis y estudio.
Durante el cateterismo el paciente puede sentir palpitaciones provocadas por el paso de los catéteres, según advierte el jefe del servicio de Hemodinámica y Cardiología intervencionista de Quirónsalud Valencia, al tiempo que durante la inyección del contraste puede notar calor o sofoco; si bien asegura que ambas sensaciones son pasajeras.