La criptomoneda, llamada Squid, empezó a cotizar a principios de la semana pasada a un precio de sólo un céntimo por ficha. En los días siguientes, atrajo la atención de varios medios de comunicación. A principios del lunes, cotizaba a 38 dólares en Pancakeswap.
En un lapso de 10 minutos del lunes, el valor del token creció de 628,33 dólares a 2.856,65 dólares, cinco minutos más tarde, se desplomó a 0,0007 dólares.
Los motivos de la caída de Squid no están claros. Tampoco la identidad de sus creadores, su sitio web parece haber sido desconectado y las redes sociales cerradas. Parece ser que los desarrolladores han abandonado el mercado y se han llevado los fondos de los inversores...
Una de las cosas sospechosas de SQUID era que los promotores exigían que los compradores superaran en número los vendedores en una proporción de dos a uno para permitir una venta. Los desarrolladores llamaron al límite de ventas un mecanismo "antidumping", según el documento en el que los desarrolladores describen las características y los fundamentos técnicos de su criptodivisa.
Los desarrolladores también requerían que los usuarios obtuvieran tokens de una segunda criptodivisa, llamada Marbles, para vender sus tokens Squid, según el documento. Los tokens sólo podían obtenerse participando en un juego online inspirado en el programa. Para participar en el primer juego, por ejemplo, los jugadores debían pagar una elevada cuota de entrada de 456 Squid. Entrar en los niveles siguientes costaba miles de tokens.
Estas características impidieron a muchos poseedores vender cuando el valor se desplomó…
Hoy en día cualquiera puede inventarse el nombre de cualquier criptomoneda, por favor, hagan sus investigaciones previas y vayan con cuidado y con cabeza en este mercado tan volátil.