En estos momentos, Argentina tiene la intención de negociar para hacer frente a los pagos de los bonistas que no se acogieron a los canjes de 2005 y 2010. Según dijo ayer la presidenta, Cristina Fernández,
Se trata de una cantidad que es más de la mitad de las reservas en divisas en la caja del Banco Central de Argentina.
Sin embargo, si no hay acuerdo y la justicia estadounidense sigue en sus trece de activar la conocida claúsula paris passu, el resto de bonistas que, incluso accedieron al canje, podrían intentar cobrar el bono al completo. Si esta claúsula se activa de inmediato, los bonistas, que ya aceptaron el canje no podrán recibir los cupones que están por pagar.
Sólo en junio tendrá que hacer frente al desembolso de intereses de estos nuevos bonos –que recibieron en el canje- por un importe de 225 millones de dólares el próximos 30 de junio. Si no lo hace, Argentina entrará en default técnico. Algo a lo que Cristina Fernández ya ha dicho que no está dispuesta.
S&P afirma que “el gobierno de Argentina tiene una limitada capacidad para pagar a los bonistas que lo han llevado a los trbunales y hacer frente a los pagos de los acreedores que aceptaron el canje”.
Una de las opciones que plantea el gobierno es que los bonistas que aceptaron el canje en 2005 y 2010 vuelvan a canjear los bonos por otros nuevos bajo jurisdicción argentina. En ese caso si habría posibilidad de que siguieran recibiendo su cupón.
“Nosotros podríamos ver ese intercambio como un canje insolvente (distressed exchange) , según nuestros criterios”, explican.
“Aunque no hay nada cierto, un default o un intercambio de la deuda bajo ese criterio parece inevitable en los próximos seis meses”, auguran en la firma.
Sin embargo, en S&P no creen que Argentina vaya a tener problemas en seguir emitiendo deuda denominada en pesos.
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