S&P Global Ratings ha elevado la perspectiva de la calificación del 'holding' de aerolíneas IAG a 'positiva', al tiempo que ha confirmado el rating de 'BBB-', según un comunicado emitido por la agencia de calificación crediticia. Esta decisión se fundamenta en la resistente demanda del tráfico aéreo, que logra compensar la presión inflacionista sobre los costes.
La agencia espera que el resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado de IAG se mantenga o mejore ligeramente este año, tras alcanzar los 5.600 millones de euros en 2023. Según S&P, los sólidos beneficios compensarán los elevados gastos de capital para las actualizaciones de la flota, lo que conducirá a un tercer año consecutivo de fuerte generación de flujo de caja libre y posiblemente fortalecerá las métricas crediticias del grupo.
La perspectiva 'positiva' refleja la posibilidad, según S&P, de elevar las calificaciones sobre IAG y su deuda en los próximos 12-24 meses, con al menos una probabilidad entre tres. En cuanto a la deuda, se estima que disminuirá por debajo de los 9.600 millones de euros registrados en 2023, en comparación con los 10.900 millones de euros del año anterior.
Desafíos y fortalezas en el sector aéreo
A pesar de no prever un alivio sustancial de la presión sobre los costes del sector aéreo a medio plazo, debido al endurecimiento de la normativa medioambiental y a los problemas laborales recurrentes, S&P destaca que IAG está bien posicionada en comparación con sus homólogas europeas. Esto se debe a su exitosa gestión de costes y a una base de clientes potencialmente menos sensible a las subidas de precios que la de las aerolíneas de bajo coste.
S&P considera que los factores medioambientales representan una consideración negativa para el sector aéreo en general, reflejando la presión para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En este sentido, destaca que IAG introdujo el uso de combustible de aviación sostenible (SAF) en 2021 y planea que este contribuya en un 10% al consumo total de combustible para 2030, superando los mandatos de la UE y del Reino Unido. La eficiencia en el consumo de combustible de la flota de IAG se verá favorecida por las nuevas entregas de aviones de última generación, aunque requerirán importantes inversiones de capital.