El Standard And Poors 500 dicen que es el indicador que más se parece al mercado americano. O al revés. Siendo así ha marcado una racha bursátil verdaderamente impecable. Con 9 de sus últimas 11 jornadas en positivo, en zona de máximos que ha vuelto a romper por dos veces esta semana, correcciones sin importancia en el último mes y comenzando este septiembre como no lo había hecho en la última década. Y todo esto tras completar el mejor agosto que no se veía en el mercado desde 1986.

Todo hasta ayer donde tras la calma....llegaba la tempestad. Ventas por doquier que retrotraían al indicador a junio en lo que algunos ya califican como "momento Minsky". Lo indicaban los analistas norteamericanos en honor a Hyman Minsky, que hablaba de un recorte muy profundo en el mercado tras un rally de máximos impulsado por el mundo creado por la Reserva Federal: medidas de estímulo fiscal y financiero sin parangón con dinero fácil por doquier.  Algunos incluso no descartan un ataque a nuevos mínimos como los registrados en marzo.

Así comprobamos los avances exponenciales que se han mantenido casi sin pausa en el último mes y la fuerte caída de ayer en el indicador. Ya en negativo en la ultima semana, sube un 3,7% en el último mes, un 11,6% en el trimestre y recorta sus avances hasta ayer ya a doble dígito desde máximos hasta el 7,5% anual.

 

Fuente : WSJ

 

A partir de ahora, en esta recta final del año, el S&P 500 tendrá que lidiar con las elecciones presidenciales que podrían causar mucha volatilidad en el mercado, los resultados empresariales del tercer trimestre que deben marcar ya recuperación y cubrir las expectativas del mercado y sobre todo la evolución de la pandemia. Crucial la evolución de la vacuna que podría estar disponible a finales de noviembre en el caso concreto de la que explora Moderna.

Y es que no todo el mundo tiene claro el discurrir alcista del indicador de Wall Street, incluso antes de la corrección de ayer. Por ejemplo Citigroup acaba de mejorar sus previsiones para el S&P casi un 14% de cara a fin de año. Pero eso solo significa que no será tan negativo como el banco de inversión norteamericano tenía previsto. Su expectativa, la de su analista Tobias Levkovich, que acabe el año en el entorno de los 3.300 puntos frente a los 2.900 anteriores. En cualquier caso bajista frente a su desempeño actual en el mercado.

Mirando más allá Bank of America eleva su nivel hasta un 8% para final de año y lo coloca en los 3.250 puntos, con una caída del 9% desde el cierre del miércoles. Eso sí para la próxima decáda, lo ve con un potencial de nada menos que el 45% hasta niveles de 5.200 puntos. Veremos.

Según nuestros indicadores premium, S&P mantiene una impecable-y mejorada-calificación de 9,5 puntos sobre 10 posibles. Con tendencia a medio y largo plazo alcista, momento total lento y rápido positivo, volumen a medio y largo plao creciente  y rango de amplitud a medio plazo decreciente. La nota de color lo pone la volatilidad a largo plazo, que se mantiene creciente.

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