No es e lNASDAQ 100 pero lo parece. Sobre todo, por el peso, por la ponderación que presentan las todopoderosas empresas tecnológicas, que tienen en el S&P 500 que son las que, a la postre, están tirando arriba del indicador, que cerraba la pasada semana con los mejores registros, sin tirar cohetes, pero claramente alcistas, desde el pasado mes de marzo, ante lo complicado que está en panorama, al otro lado del Atlántico.

Ya hemos hablado en varias ocasiones que lo que prima es la divergencia entre lo que quiere y espera el mercado, y lo que de verdad se produce. Y es que, igual que en caso de la archirrepetida frase de Gary Lineker “el fútbol es un juego en el que 22 hombres persiguen una pelota y al final siempre gana Alemania", ni la inflación va a lograr la cota del 2% ni la Fed parece tener intención de bajar los tipos de interés en lo que queda de año, al menos con el panorama de junio, en el que además se ha colado un visitante inesperado: el techo de deuda.

Y no decimos inesperado para Wall Street que se ve cada año, una y otra vez a vueltas con las diferencias entre republicanos, que no quieren elevarlo y los demócratas que no quieren reducir el gasto para que los republicanos lo eleven. Como ven, una pescadilla más allá de la política que se muerde la cola y que afecta directamente a todos y cada uno de los departamentos federales y su financiación. Y, por cierto, recuerden que, de momento, Alemania ya no gana casi nada…desde el Mundial de 2014.

Las cosas ahora mismo están así, en foto fija para el S&P 500 que sube un 1,36% en la última semana, casi lo mismo que recupera en el último mes, un 1,34%, mientras que, en el trimestre, sus avances alcanzan el 2,8% y, en lo que va de año S&P 500 gana en Wall Street un 9,20%.

Y más allá de la actualidad, con la Fed en modo pausa y las negociaciones sobre el tope al endeudamiento entre la Casa Blanca demócrata y el Cámara de Representantes dominada por los republicanos, los analistas e inversores empiezan a pensar en altos en las ganancias del trimestre en curso, en la recta final de la presentación del 1T y tras la publicación de casi todas las grandes empresas. Tras la reunión de Biden y McCarthy, las negociaciones se describen como productivas, pero sin acuerdo todavía sobre elevar el límite de 31,4 billones de dólares.

Desde Bespoke Investment Group destaca que, históricamente, las 20 acciones de mayor capitalización dentro del S&P 500 han subido de media un 2% tras presentar sus últimos informes financieros, los del primer trimestre de 2023 en cada año fiscal correspondiente, mientras que el promedio general de todo el mercado solo llegó al 0,37%.

Dentro de ello mención aparte queda para Meta (Facebook) y NVIDIA con ganancias del 14% tras presentar sus informes del 1T, algo que ni de lejos se cumplió en el caso de Tesla que casi bajó a doble dígito. Pero lo que ahora mueve a mercado y por ende al S&P 500 en positivo, es el empuje en los grandes valores de la Inteligencia Artificial y parece que puede ser su gran ‘salvación a futuro’.

Al menos así lo ven desde Goldman Sachs, desde donde consideran que “en los próximos 10 años, la IA podría elevar la productividad en un 1,5% por año". Y eso podría aumentar las ganancias del S&P 500 en un 30% o más durante la próxima década, como declaraba a la CNBC su estratega sénior Ben Snider.

Apostillaba que el motor actual del índice se debe a las ganancias de productividad futuras que están descontando los inversores: “La mayoría de los inversores tienen claro que los ganadores inmediatos están en el sector tecnológico. La verdadera pregunta para los inversores es quiénes serán los ganadores en el futuro”.

Pero el caldo de cultivo de la realidad macroeconómica está lastrando esta semana al indicador, y no es para menos. Según FactSet, en las declaraciones de las conference call o las conferencias telefónicas posteriores a la presentación de resultados la palabra ‘recesión’ aparece en 107 empresas, muy por encima de la media de referencia en los últimos 5 años, con 77 y de la década, con 59. Y en especial en los sectores financiero e industrial es donde más se ha nombrado.

Es decir: los inversores están comprando el futuro presente de la IA convencidos de la recesión estadounidense. Un panorama que marca un camino claramente marcado por la incertidumbre, al menos en el corto plazo en Wall Street.