El pasado 29 de enero la cotización del S&P 500 alcanzaba un nuevo máximo histórico en los 4.927 puntos. El índice ha subido un 21% en los últimos 12 meses. Pero no es tarde aún para invertir y las estadísticas del mercado nos revelan que debemos mirar a largo plazo.
En los últimos 10 años, el S&P 500 ha aumentado a un ritmo anualizado del 12.9%, incluidos dividendos. Se trata de un rendimiento magnífico que supera el promedio histórico a largo plazo del mercado de alrededor del 10.2% anual.
En el periodo de un año tiene 73% de posibilidades de obtener un rendimiento positivo. Si nos dirigimos a una década, este sube al 94% y si vamos más allá no hay posibilidades de que pierda dinero porque el mercado siempre tiende a subir.
Desde 1970, en este escenario, el S&P 500 produjo un rendimiento anualizado promedio de casi el 11% durante la década siguiente.
El tiempo de inversión es más importante que intentar predecir cuando el mercado tocará fondo. No importa cuando entre al mercado, sino mirar a largo plazo.
El S&P 500 cerraba la sesión del martes en los 4.954 puntos. Las medias móviles de 70 y 200 periodos se mantienen por debajo del precio, RSI al alza en los 67 puntos y las líneas del MACD se mantienen sobre el nivel de cero.