La agencia Bloomberg publica los comentarios de
George Soros que apuntan que las cifras de crecimiento del crédito de China se deberían ver  como una señal de peligro. El crédito nuevo creció en unos 362.000 millones de dólares el mes pasado, casi duplicando la cifra que esperaba el consenso.  En su opinión, lo que está favoreciendo la política del gobierno del país es priorizar el crecimiento frente al control del endeudamiento.

En el primer trimestre del año la economía del país creció a ritmos del 6,7%, el nivel más bajo desde 2009, aunque los datos mostraban una aceleración en la última parte del periodo gracias al tirón del sector de servicios.

El carismático inversor que logró hincar la rodilla de la libra en la década de los 90 asegura que lo que ocurre en China “recuerda mucho a lo ocurrido durante la crisis financiera en EEUU, y que también se gestó impulsando el crecimiento del crédito”. En su opinión “la mayor parte de ese dinero se está dirigiendo a mantener con vida a los bancos y a muchas empresas que no ganan dinero”.

Inmediatamente después de estas declaraciones, el economista del Ministerio de Comercio chino Mei Xinyu reaccionó señalando que  “Soros ha declarado públicamente una guerra contra China", con un desafío al yuan y al dólar de Hong Kong que no triunfará".

No es el primer comentario negativo sobre China que hace Soros en los últimos meses. Ya durante la celebración del WEF (World Economic Forum) afirmó que estaba apostando en contra de las  monedas asiáticas porque una fuerte desaceleración del crecimiento del crecimiento china era inevitable.



José Luis Martínez Campuzano escribe hoy que desde mediados de febrero el yuan se ha apreciado un 2% frente al dólar. “Pero, las monedas asiáticas (sin el Yuan) se han apreciado un 5.5 % frente a la moneda norteamericana. Luego, la competitividad de China ha mejorado y el mejor contexto financiero mundial ha beneficiado a los países asiáticos”. En su nota, el experto explica que “la cuestión de fondo es que siguen existiendo enormes incertidumbres a futuro, antiguas y nuevas. China es una de ellas”.

Aunque aún no hay datos oficiales, la deuda total del país asiático podría haberse duplicado desde 2007 y habría superado ya el 345%. Solo el endeudamiento de las empresas supondría la mitad de esa cifra. Por cierto, se trata de un porcentaje parecido al endeudamiento total español.

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