8 de cada 10 españoles ha confirmado que está preocupado por el momento en el que llegue su jubilación, tal y como muestra de la V encuesta de BBVA sobre pensiones y hábitos de ahorro. Sin embargo, pocos son los que deciden ponerle remedio a este ‘quebradero de cabeza’ y apartar algunos de sus ahorros para la jubilación.
Aquellos que sí deciden actuar y planificar su jubilación les asalta la duda de si lo más conveniente es un plan de pensiones. Es cierto que existen multitud de instrumentos financieros de ahorros entre los que escoger, entonces ¿por qué decantarse por un plan de pensiones?
Este último supone uno de los más populares entre los españoles debido a las ventajas fiscales que poseen. Sin embargo, no es el único motivo. Desde BBVA explican cuáles son los principales argumentos por los que los españoles apuestan por los planes de pensiones.
El primer motivo es la fiscalidad ya que es posible deducir en el IRPF hasta un máximo de 8.000 euros, dependiendo de la cantidad aportada así como el tipo marginal de la persona que contribuya a este plan de pensiones.
Rentabilidad de los planes de pensiones
La rentabilidad de los mismos supone otra de las ventajas de los planes de pensiones ya que de media en los últimos doce meses es del 4.9%. En el caso de ver la rentabilidad de los mismos a largo plazo, tal y como publica Inverco, la rentabilidad media anual en los últimos 20 años es del 2.9%.
Por otro lado, el Gobierno ha decidido seguir ‘animando’ a este instrumento de ahorro ya que las comisiones volverán a bajar en 2018 –por segunda vez en los últimos años-.
Por otro lado, tal y como explica BBVA, los planes de pensiones son unos de los productos más seguros ya que están sometidos a la supervisión de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. Esto último implica que, en caso de la gestora y el depositario sea insolvente, el fondo no se disuelve y por tanto, no afecta al patrimonio del inversor.
Menores restricciones
El fin último de los planes de pensiones es apartar una cantidad de los ingresos para el momento de la jubilación. Sin embargo, a lo largo de los años se han establecido ciertos supuestos para permitir a los inversores recuperar su dinero en momentos críticos o de vulnerabilidad.
Actualmente, y gracias a la nueva legislación se permitirá la liquidez de las aportaciones con al menos diez años de antigüedad. De esa forma, queda eliminada cualquier restricción para disponer de los ahorros.