El día dos de marzo comenzaba su andadura bursátil Snapchat, la compañía de mensajería efímera que tiene la pretensión de competir con gigantes como Alphabet o Facebook por el pastel de la publicidad digital.

Su debut fue un auténtico éxito, con subidas de más de un 46% en algunos momentos de la sesión. Solo un día después alcanzaba sus máximos históricos al cerrar por encima de 27 dólares, pero la euforia duraba poco a los inversores porque en menos de dos semanas perdía más de un 30% de su capitalización y volvía a colocarse por debajo de 20 dólares por título, aunque ha vuelto a recuperar esa cota.

Los inversores institucionales que entraron en la OPV a 17 dólares por acción han logrado mantener ganancias hasta el momento pero, ¿se habrán mantenido en la compañía? Lo cierto es que para los que compraron a ese precio, vender el día de la salida a bolsa o al día siguiente le hubiera supuesto una revalorización de más de un 60%.

A pesar del éxito de la colocación y las subidas posteriores, la mayor parte de los analistas consideran que Snap es un mal negocio por un gran número de razones. Tanto es así, que de los primeros ocho analistas que comenzaron a cubrir el valor, seis de ellos le otorgan recomendación de vender o infraponderar.   Casi dos meses después, la perspectiva no es mucho mejor.

 

 

Un 35% de los expertos que siguen el valor optan por comprar, un 47% por mantener y un 18% recomienda la venta. Es más, el precio objetivo que le da el consenso de expertos que sigue el valor en Facset es de poco más de 19,58 dólares por acción, lo que implica que los analistas del sector no le ven potencial. También quiere decir que si el mercado se adecúa a ese precio, las acciones todavía podrían seguir cayendo. En opinión de los expertos, hay muchas razones que justificarían que continuaran el descenso.

A los inversores les preocupa principalmente la desaceleración en el ritmo de crecimiento de usuarios. Es vital que una compañía que quiere vivir de los ingresos publicitarios como ésta, aumente la base de personas que usa sus servicios. En estos momentos, unos 158 millones de usuarios  usan Snapchat cada día, un 3% más que un trimestre antes frente a crecimientos del 7% o el 17% en periodos anteriores. Lo que temen los mercados es la razón; ya que este parón coincide con la puesta en marcha de Instagram stories, un servicio parecido al que ellos mismos ofrecen.

Entre las objeciones que le atribuyen los expertos destaca la baja edad media de sus usuarios. Para muchos analistas se trata de un público poco fiel y con mucha tendencia a cambiar de gustos. Y eso es lo que podría haber provocado el descenso en el crecimiento de usuarios por servicios similares.

También espanta el nivel con el que la compañía quema caja. En 2016 gasto 1,14 dólares por cada dólar que ingresaba. Y esto a largo plazo es insostenible si no es capaz de ganar dinero.  Hay que tener en cuenta que el año pasado terminó con una tesorería de 150 millones de dólares, a la que habría que añadir 2.300 millones de dólares de la OPV. Este dinero le garantiza un tiempo de tranquilidad, aunque necesita generar caja rápidamente y los expertos de Susquehanna afirman que no lo hará hasta de 2020.

Snapchat ha salido al mercado con un ratio precio/ ventas –es imposible ver el precio/beneficios, ya que no los tiene-, muy por encima del resto del sector. Tras las caídas está en más de 18 veces, frente a niveles de 10 veces de Facebook o 4,5 de Twitter –aunque cerró su primer día de cotización a 11 veces-.

¿Hasta dónde podría caer? Uno de los analistas más contundentes ha sido Trip Chowdhry, de Global Equites. El experto es recordado porque hace unos meses se refirió a Twitter en unos comentarios poco alabadores y dijo que no valía ni 10 dólares por acción. Este experto se refería a Snapchat como “una auténtica basura”, que no valía ni una fracción pequeña de su valoración actual y debería ser rechazada en bolsa. En su opinión “estamos en los últimos coletazos del boom de las redes sociales. La novedad está dejando lugar a la fatiga”, dijo recientemente.  Como no podía ser de otra manera, el analista desaconseja entrar en este valor.

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