Dentro de esta dinámica debemos tomar posiciones bajistas en resistencia y alcistas en soporte, pues nos proporcionan un óptimo ratio rentabilidad-riesgo e introduciendo stops dinámicos a una distancia prudencial.
Si bien siempre debe predominar una visión general o fundamental del activo.
En primer lugar debemos partir de una situación general de nuestro país con ciertos datos macroeconómicos positivos, pero que deben ser tomados con extrema cautela.
Igualmente debemos centrarnos en la salud de nuestro sistema financiero
A nivel interno nuestro país presenta dos inestabilidades muy significativas. La primera, el proceso que se está llevando a cabo en Cataluña, si bien se ha catalogado como ilegal previsiblemente provocará fuga de capitales de la comunidad autónoma y posiblemente del resto del país. Así mismo los inversores tienen en cuenta el daño que haría una posible escisión de Cataluña.
El otro foco debemos situarlo en el auge de la fuerza política Podemos. Se esperan cambios en el mapa político de nuestro país en las próximas elecciones y sus propuestas pueden provocar igualmente salidas de los grandes patrimonios.
En el entorno europeo España es el país donde se centran las mejores previsiones para los próximos años, si bien los gigantes del continente presentan cierta inestabilidad.
El BCE tras las últimas bajadas de tipos comenzará la compra de deuda soberana y en el panorama internacional no debemos olvidar ciertas inestabilidades: Ucrania, ébola, Estado Islámico…
Por lo tanto considero recomendable la toma de posiciones en el corto o medio plazo.
La tendencia principal deberá ser principalmente alcista, apoyado por la fortaleza de los selectivos norteamericanos, sin embargo los múltiples factores de riesgo hacen que debamos actuar con cautela.