La espiral inflacionista ha traído a la estrategia de las empresas desafíos nunca vistos en los últimos cuatro decenios, si se atiende a la intensidad de la escalada de los precios y a la fulgurante reacción de los bancos centrales; no tanto por la rapidez de los movimientos alcistas como por el calibre de las subidas: ¿cómo están afectando los incrementos en los IPC del mundo y, por supuesto, del español, al diseño y las perspectivas financieras, productivas y corporativas de su compañía?, ¿qué dinámicas internas estáis modificando para adaptaros a los nuevos tiempos?
El incremento de los precios, sobre todo los relativos a las materias primas y al transporte, está teniendo un impacto en las cuentas de Siemens Gamesa. Para hacer frente a ese impacto, una de las medidas que hemos puesto en marcha es la indexación de los contratos para que el incremento del coste de materias primas y transporte pueda ser compartido con nuestros clientes.
¿En qué medida están valorando aspectos como la fortaleza del dólar, los temores de recesión en Europa y el semestre de números rojos en EEUU, el encarecimiento del dinero o el persistente desequilibrio entre oferta y demanda global?, ¿y las tensiones geopolíticas derivadas de la guerra de Ucrania? ¿y la incertidumbre sobre los costes energéticos este otoño y el próximo invierno?
En Siemens-Gamesa seguimos atentamente la evolución de la actual situación geopolítica, así como de aquellos elementos que están influyendo en la subida de los precios. Esto nos permite ajustar nuestras previsiones y poner en marcha las medidas adecuadas, como la indicada anteriormente, para atenuar las posibles subidas que se produzcan en el futuro.
¿Ha entrado el mundo en una nueva era?, ¿qué factores marcarán la transformación y cómo abordáis este desafío? Y, sobre todo, ¿sobre qué elementos conformáis vuestras futuras estrategias?, ¿habrá otro nuevo paradigma tecnológico que guíe estos esfuerzos y sus inversiones?
La subida generaliza de los precios de la energía ha puesto de manifiesto la dependencia que las economías del mundo tienen de los combustibles fósiles y la necesidad de acelerar el desarrollo de las energías renovables, no solo por luchar contra el cambio climático, sino también porque permite que los países sean independientes desde el punto de vista energético.
Para asegurar esa independencia energética, resulta fundamental la buena salud financiera de los fabricantes de aerogeneradores, que invierten en nuevas tecnologías para aumentar la eficiencia energética.
La rentabilidad de la industria eólica no solo se está viendo amenazada por el encarecimiento de la energía, las materias primas y el transporte, sino también por otros factores, como la lentitud de los permisos o un marco de subastas centradas únicamente en el precio. A esto se suman los efectos de la pandemia sobre la disponibilidad de componentes y la guerra en Ucrania, que ha exacerbado los problemas de la cadena de suministro.
Recientemente hemos publicado el libro blanco La soberanía energética de Europa, en peligro inminente: por qué necesitamos la industria eólica europea y cómo salvaguardarla, que explica los pasos que deben aplicarse en el ámbito europeo para mitigar los actuales riesgos que pesan sobre el sector, así como las acciones que deben llevarse a cabo para asegurar la independencia energética. Entre ellas, el informe destaca que la energía eólica debe ser considerada como un sector estratégico.
Además, concluye que debe acelerarse la aprobación de permisos para proyectos eólicos, apoyar la innovación nacional, compensar las subidas de la inflación, establecer condiciones equitativas en toda Europa para proteger la industria eólica europea y mejorar los mecanismos de financiación de la industria eólica.