La posibilidad de que el Estado ya no esté dispuesto a salvar a los bancos como lo hizo en 2008 y 2009 ha hecho que S&P vea más riesgos en los bonos de las principales entidades financieras. Por ello los ha situado en perspectiva negativa, lo que quiere decir que podrían recibir una rebaja de calificación en tres meses.

En concreto, los bancos afectados son los llamados sistémicos, es decir, los que pueden tumbar la economía de un país si quiebra:

1. Bank of America
2. Bank of New York Mellon
3. Citigroup
4. JPMorgan Chase
5. Morgan Stanley

6. State Street
7. Goldman Sachs
8. Wells Fargo

El pasado viernes, la Reserva Federal aprobaba una norma que obliga a los bancos a elevar la cantidad de deuda de largo plazo. Unos títulos que deben poder convertirse en acciones en el caso que necesiten recapitalizarse.

En S&P entienden que esta decisión ha reducido la posibilidad de que el Estado intervenga en caso de que una entidad financiera necesite volver a ser viable. Esto podría reducir en uno o dos escalones el rating de las entidades financieras.



La decisión va a suponer un aumento de los tipos de interés que pidan tanto los compradores de bonos, ha dicho un analista a la CNBC. Un recorte en los ratings, además, podría implicar un aumento de los costes de financiación.

En su opinión, “los accionistas también van a necesitar una mayor rentabilidad porque sus paquetes accionariales podrían diluirse si los bancos necesitan convertir deuda en capital”, explica.

No le viene especialmente bien esta noticia a los bancos estadounidenses, que siguen a la espera de que la FED vuelva a subir los tipos para recuperar sus márgenes. De hecho, solo tres de estos ocho suben en bolsa, y lo máximo que avanzan es poco más de un 4%.



Y a pesar de este comportamiento, el sector bancario sigue cotizando muy cerca de las valoraciones del propio S&P 500, tal y como puede ver este gráfico.

Así, sólo una de estas firmas, State Street tiene una recomendación de comprar. Para el resto, el consenso apuesta por comprar o mantener.