En un momento en el que todos los esfuerzos se encuentran centrados en pronosticar las tendencias de crecimiento para el año que viene con el fin de llevar a cabo una correcta asignación de activos, quizá sería interesante prestar atención a un país que podría convertirse en unas de las grandes sorpresas de 2013: México. Con la vuelta del PRI a la presidencia de la república bajo la figura de Peña Nieto que ha jurado recientemente su cargo, el país tiene por delante una importante agenda de reformas políticas para poner en práctica.
A pesar de que en 2008 la economía mexicana se vio fuertemente golpeada convirtiéndose en el país que más se contrajo dentro del grupo de mercados emergentes principales, hoy en día su realidad es bien distinta.
A nivel geográfico, su proximidad con Estados Unidos le permitirá disfrutar de importantes ventajas. Son numerosos los indicadores que apuntan a una mejora en el sector inmobiliario norteamericano que, para determinados aspectos, ya ha vuelto a situarse a niveles pre-crisis. Sin lugar a dudas, esto impactará de forma positiva en el mercado laboral mexicano, que surtirá de mano de obra a la primera economía mundial. En esta misma línea, el sector industrial también podría verse beneficiado en términos de creación de empleo. Frente a una producción en otras economías emergentes con tradición de industria manufacturera, esta cercanía territorial permite acortar la cadena de suministro, lo que conlleva una importante reducción de costes, paradigma fundamental de todas las grandes empresas mundiales hoy en día. En este sentido, quizá resulte ilustrativo citar el caso del gigante del automóvil Audi que ya ha anunciado sus planes para llevar toda la producción de su modelo de SUV Q5 a México, sobre todo para el mercado americano.
En el terreno político es importante recordar que el nuevo gobierno cuenta con el apoyo necesario para sacar adelante un abanico de reformas que abarcan diferentes campos (mercado laboral energía, etc.) que tendrán consecuencias positivas sobre la competitividad de la economía. En esta misma línea, otro aspecto que hace de México una alternativa interesante es el potencial que presenta su mercado de capitales. Un ejemplo de ello podría ser
Bolsa de México, el único mercado para títulos cotizados y derivados existente en el país.
En la actualidad presenta una rentabilidad por dividendo del 4%, tiene exposición a la creciente industria de fondos de pensiones que en este momento tienen una exposición limitada a la renta variable y además se beneficiará de la cada vez mayor regulación sobre derivados y profundización de los mercados de capitales mexicanos.