Si hay un protagonista de los mercados en 2016 es, sin duda, Deutsche Bank. El banco alemán ha estado bajo la lupa de los inversores por varios acontecimientos. El último ha sido la multa de 14.000 millones de dólares impuesta por Estados Unidos por comercializar productos subprime en ese país. Por lo que parece, la firma ha sido incapaz por el momento de rebajar ese importe, lo que profundiza las voces que piden un rescate para la mayor entidad financiera del país.
El problema, según los analistas, es que si Deutsche Bank tiene que hacer frente a ese pago sus ratios de capital se verían tan mermados que necesitaría tomar medidas para reforzarlos. Algunos medios hablan, incluso, de que el banco habría comunicado a algunas firmas de inversión que podrían ampliar capital en 5.000 millones de euros.
El Der Spiegel ha publicado este fin de semana que la familia real de Qatar podría estar planteándose aumentar su participación en el capital de la entidad alemana hasta el 25%, un extremo que Reuters desmintió poco después. En algunos círculos se ha pedido que sea el propio estado alemán el que salga a rescatar a Deutsche Bank, aunque al parecer el ejecutivo que preside Angela Merkel no está por la labor, sobre todo con unas elecciones en ciernes en 2017. Todos estos problemas legales, así como su exposición al mercado de derivados que podría exceder los 40 billones de euros, y la problemática del sector bancario europeo sediento de interés y de rentabilidad han provocado que el banco se deje en bolsa un 46% en lo que va de año.
Bankia Bankia, por su parte, tampoco ha sido capaz de escapar a los problemas del sector en este año. La cotización de la mayor entidad financiera rescatada por el estado español sigue atenazada por los problemas legales asociados a la venta de preferentes, clausulas suelo y la salida a bolsa aunque su solvencia está asegurada y no supone ningún problema para los inversores. Con todo, en lo que va de año se deja un 30%.
Si analizamos lo que ha pasado desde el rescate de Bankia en mayo de 2012 hasta ahora con las dos entidades, podemos observar que la entidad española se deja un 96% desde que el Estado anunció la inyección de casi 23.500 millones de euros. En la actualidad, aún controla un 65% de la entidad. Con todo, sus ratios de capital –con un TIER superior al 13%- están en la parte alta de la media europea. Lo que esto parece indicar es que un rescate per se no garantiza en ningún caso una mejor evolución en bolsa posterior, si eres una entidad del sur de Europa, desde luego.
También los de Deutsche Bank que presenta un ratio de algo más del 12%. Sin embargo, esto parece decir muy poco a los inversores. Desde el rescate de Bankia las acciones de Deutsche Bank se dejan un 59%.
Los
Indicadores Premium de Estrategias de Inversión le dan una perspectiva muy parecida a los dos bancos.
Los dos reciben una puntuación de 1 en una escala que va del 0 al 10, lo que implica una inequívoca tendencia bajista.
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