Todo sucedió muy rápido y los inversores casi no tuvieron tiempo para darse cuenta de todo lo que se les venía encima esta semana. Cuando la Reserva Federal (FED) emitió el comunicado de su última reunión del comité de política monetaria los mercados no esperaban un tono tan agresivo como el que usaron sus miembros. Janet Yellen, la presidenta de la institución se despedía del cargo esa misma semana y dejó a su sucesor, Jerome Powell con unas cifras macroeconómicas tan positivas, que el nuevo jefe de la autoridad monetaria casi con seguridad comenzará en su cargo subiendo tipos.
Los inversores tuvieron más claro que nunca que en la reunión de marzo se subirán tipos cuando el viernes los estadounidenses se levantaron con unas cifras de creación de empleo en enero mejor de las esperadas. Eso hizo pensar que la FED va a necesitar subir más veces de las esperadas el precio del dinero este año, encareciendo así los costes de financiación para las empresas. Y eso atizó las conciencias de unos inversores que llevaban muchos meses en éxtasis.
Enero había sido el mejor inicio de año desde 1997 para el S&P 500. La reforma fiscal, los buenos datos de crecimiento habían pavimentado un camino casi sin baches para los ahorradores. Todo se ha venido abajo, al menos momentaneamente, sobre todo debido al fuerte repunte de las tires de la deuda soberana.
Aunque la rentabilidad del 10 años se ha rebajado considerabalemente, (más de un 5%) en solo una sesión, llegó a tocar el 2,8% acercándose peligrosamente al nivel del 3%. Por cierto, que el 8 de febrero expira el próximo plazo para llegar a un acuerdo en la administración que impida el cierre del gobierno.
Esos miedos provaron fuertes caídas de las bolsas. El S&P 500 se ha dejado casi un 7,8% en apenas tres sesiones.
Un porcentaje parecido al que ha cedido el Nasdaq
El Dow Jones ha retrocedido algo más, un 8% en estos días.
En Europa, el Ibex 35 ha perdido ya todo lo ganado en el año –y algo más-, desde que comenzó febrero con descensos de más de un 7,5% que alejado al selectivo de la cota de los 9.800 puntos. Muy, muy lejos de esos 10.500 que llegó a superar en algunos momentos del año.
Pero si hay un gráfico que refleja lo que está pasando, ese no es otro que el llamado “indicador del miendo”, el índice de volatilidad. El VIX ha llegado a situarse en niveles del cuarto trimestre de 2011, en 45.
Por cierto, que si hay un activo que no deja de caer desde que comenzó el año es el bitcoin. Algunos analistas consideran que estamos ante la mayor burbuja de la historia. La criptodivisa cede ya más de un 65% desde los máximos de diciembre y hoy ha llegado a perder el nivel de 7.000 dólares. Parece que si hay que no ayuda a un activo burbujeante es el miedo....
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