“La atracción por personas tóxicas surge de una combinación de factores psicológicos, emocionales y sociales complejos. Es un fenómeno psicológico complejo en el que esta atracción surge de una variedad de motivaciones psicológicas, que pueden incluir una fascinación por el poder, la peligrosidad, o bien por la transgresión de las normas sociales”, explica Joan Francesc Serra Pla, psicólogo clínico adjunto en la Unidad de salud y bienestar mental del Hospital Quirónsalud Digital.

En concreto, este experto enumera las 6 posibles causas que podrían explicar esta atracción por las personas que no nos convienen:

  1. Patrones de apego disfuncionales: Las experiencias tempranas de apego inseguro o traumático pueden influir en la forma en que una persona percibe las relaciones; de manera que aquellos que han experimentado relaciones de apego inseguro pueden sentirse atraídos por personas tóxicas, como una forma de repetir patrones familiares o buscar familiaridad, aunque sean perjudiciales.
  2. Baja autoestima y autoconcepto negativo: Las personas con baja autoestima pueden sentirse más inclinadas a buscar validación externa, incluso si proviene de relaciones tóxicas; además, pueden creer que no merecen relaciones saludables, y se conforman con aquellas que les hacen sentir poco valorados o maltratados.
  3. Necesidad de rescatar o ser rescatado: Algunas personas se sienten atraídas por individuos problemáticos porque creen que pueden "arreglarlos" o ayudarles a cambiar; esto, a su vez, puede ser un reflejo de un deseo subyacente de sentirse necesitado o importante para alguien más.
  4. Falta de límites personales: Quienes tienen dificultades para establecer límites personales claros pueden ser más propensos a atraer o ser atraídos por personas tóxicas que violan esos límites; a la vez que pueden tener dificultades para reconocer comportamientos dañinos, o bien para alejarse de relaciones perjudiciales.
  5. Adicción a la emoción: Algunas personas se sienten atraídas por la intensidad emocional que acompaña a las relaciones tóxicas; al tiempo que la excitación o la adrenalina que proviene de la constante turbulencia pueden volverse adictivas, incluso si son emocionalmente agotadoras.
  6. Modelos de rol: La observación de las relaciones tóxicas en el entorno familiar o social puede normalizar este tipo de comportamiento y hacer que alguien lo vea como una parte natural de las relaciones; igualmente, pueden estar acostumbradas a lidiar con la tensión y el conflicto y, por lo tanto, sentirse más cómodas en ambientes de este tipo que con la estabilidad emocional.

LA IMPORTANCIA DE REBELARSE FRENTE A LO ESTABLECIDO

“Desde una perspectiva psicológica, se relaciona con la búsqueda de emociones intensas, con el deseo de dominación o de sumisión, con la fantasía de redención, o la transformación del individuo, o incluso la identificación con el comportamiento delictivo, como una forma de rebelión contra las normas sociales percibidas como opresivas o restrictivas”, subraya este psicólogo clínico.

A su juicio, es importante destacar que ese comportamiento puede presentar riesgos significativos para la persona que la experimenta, ya que lleva a tener relaciones disfuncionales, o incluso peligrosas, con individuos que representan una amenaza para la seguridad y el bienestar emocional. “En la práctica clínica es crucial abordar esta atracción desde una perspectiva terapéutica para comprender sus raíces subyacentes, y ayudar a la persona a desarrollar relaciones saludables y satisfactorias”, defiende el especialista de Quirónsalud Digital.

CÓMO DETECTARLO

Con ello, Joan Francesc Serra Pla mantiene que detectar esa atracción en alguien puede ser difícil, ya que no es algo que se manifieste claramente en el comportamiento cotidiano; sin embargo, este psicólogo clínico considera que hay algunas señales que podrían indicar su presencia:

  • Obsesión, fascinación o idealización de criminales famosos: Si la persona muestra un interés excesivo por delincuentes notorios, sigue noticias sobre crímenes con entusiasmo, o consume contenido relacionado con los delitos de manera constante; también puede idealizarlos pasando por alto sus acciones perjudiciales y centrándose en cualidades que considera atractivas o emocionantes.
  • Relaciones anteriores con esos mismos perfiles: Si la persona tiene un historial de relaciones románticas o de amistades cercanas con individuos que han tenido problemas con la ley.
  • Búsqueda de emociones intensas o peligrosas: Si la persona tiende a buscar experiencias emocionales intensas o peligrosas, y parece ser atraída por la idea de vivir al límite, o de desafiar las normas sociales.
  • Dificultades para establecer límites en relaciones: Si parece tener dificultades para establecer límites saludables en relaciones, y tolera comportamientos dañinos por parte de su pareja o amigos.

Se debe tener en cuenta, a juicio de este experto, que estas señales por sí solas no confirman la presencia de una única patología, ya que muchos de estos comportamientos también pueden tener otras explicaciones: “Si tienes preocupaciones por tú propio comportamiento o el de alguien cercano, es recomendable buscar orientación profesional de un psicólogo especializado en relaciones y atracciones atípicas”.

Las personas que siente atracción hacia esas personas tóxicas pueden exhibir una serie de características particulares, según prosigue este experto de Quirónsalud Digital, como por ejemplo verse metidas repetidamente en dinámicas de poder y de sumisión: “Inconscientemente, les atrae la idea de dominar o de ser dominadas por alguien, a quien a menudo idealizan viéndolo como una figura rebelde o romántica. Acostumbran a pasar por alto o minimizar los aspectos negativos de su comportamiento y enfocarse en cualidades que encuentran atractivas o emocionantes”.

Algunas fantasean con la idea de redimir o de transformar a la persona tóxica, y dice que también es frecuente que tengan dificultades para establecer límites saludables en las relaciones, pudiendo tolerar o justificar comportamientos dañinos por parte de la misma. “No obstante, estas características pueden manifestarse de manera diferente en cada persona”, concluye Serra Pla.