En las últimas semanas, hemos tenido una toma de beneficios. No obstante, quizás el mercado ha sido muy optimista durante buena parte de este primer semestre y ahora toma un poco de cautela, teniendo en cuenta que los bancos centrales todavía no han pivotado en cuanto a los tipos. Además, la Fed en EEUU, junto con el Ifo en Alemania, han alertado que la proporción de empresas no financieras en dificultades está siendo dentro de los endurecimientos financieros la más fuerte desde la década de 1970.
En nuestro caso, de cara al próximo semestre, no hemos cambiado la apreciación sectorial pero es cierto que hemos bajado algo la intensidad, es decir, hemos hecho algo de caja (en torno al 20-25% en toma de beneficios). Y es que, aunque a algunos no les guste, parece que el año está hecho. Con unas subidas del 30% en el Nasdaq y 15% en el Euro Stoxx, el ejercicio 2023 se ha dado la vuelta según las previsiones. Esperábamos que el primer semestre fuera más moderado y el segundo de relanzamiento de la economía, pero estamos viendo justo lo contrario.
Con todo, seguimos largos en tecnología, aunque de forma algo más moderada; las grandes tecnológicas han hecho los deberes y son sólidas con posiciones de caja neta y sin estar tan afectadas por la restricciones crediticias y subidas de tipos. En cíclicos pesados seguimos infraponderados. Seguimos fuera de inmobiliario, que es uno de los peores sectores del Stoxx 600. Y ligeramente infraponderados en financiero. Y, quizás, la sorpresa es el buen hacer de autos y retailers, ya que creíamos que la debilidad posible del consumo ante un escenario mucho más restrictivo desde un punto de vista monetario y crediticio iba a suponer que el consumidor comprara menos coches y en las tiendas de ropa, pero las cifras han sido excepciones. En cualquier caso, creo que el segundo semestre va a ser más complicado.