La Reserva Federal decidió mantener los tipos de interés en su reunión de esta semana, pero se está moviendo en la dirección de una política más laxa. En este sentido, Schroders cree que es probable que se produzca un recorte “de seguridad” (“insurance cut”) de los tipos en julio. Este tipo de recorte se denomina así porque se trata de una medida destinada a apoyar a la economía en caso de que se materialicen los riesgos a la baja.
La Reserva Federal no alteró sus previsiones de crecimiento y todavía espera que la inflación se acerque al objetivo, pero reconoció un aumento de las incertidumbres sobre las perspectivas. Por otra parte, el comité se inclinó hacia una postura más dovish.
Es posible que los datos macro mejoren de aquí a entonces, pero es poco probable, ya que desde Schroders esperan que las cifras del segundo trimestre se mantengan moderadas a medida que las empresas reducen sus inventarios y sus gastos de capital. También se podría ver un resultado favorable en la reunión de Trump-Xi en el G20, aunque el riesgo de los aranceles seguirá siendo alto dada la distancia entre las dos partes en cuestiones como la propiedad intelectual y la tecnología. El movimiento de julio podría ir seguido de un nuevo recorte en septiembre.
De cara al futuro, la relajación monetaria dependerá de si los recortes de tipos “de seguridad” de Powell son suficientes para restaurar la confianza y el gasto en el sector empresarial. Eso puede depender tanto del presidente como de la Reserva Federal, ya que la confianza es fundamental en esta fase del ciclo económico.