China ha sido la primera en entrar – la primera en salir de la pandemia de Covid-19, y su economía presentó un crecimiento del 2,3% de su PIB el pasado año, siendo la única economía importante que ha experimentado una expansión en 2020. Su mercado bursátil ha reaccionado del mismo modo, pero ha obtenido una rentabilidad inferior en los primeros meses de 2021.
Este año, los títulos orientados hacia la reapertura se están recuperando, primero en Estados Unidos y actualmente en Europa. El despliegue de la campaña de vacunación y la posterior reapertura se han producido con un cierto retraso, lo que deja un potencial de convergencia en Europa Continental. No obstante, no se debe olvidar que la reapertura del mundo occidental constituye un nuevo factor positivo para la economía china.
Se está desarrollando aquí un circuito de retroalimentación positiva, lo que hace que la industria china salga ganando. El reciente repunte del PMI Caixin de Manufactura en China, que alcanzó un nuevo máximo en 2021, refleja tanto la recuperación global como el incremento constante de la demanda doméstica. Se prevé que estos dos desarrollos van a continuar, tomando en consideración el incremento de los componentes de los pedidos tanto en relación con las exportaciones como a escala nacional.
Claramente, la reciente recuperación se ha visto apoyada por las significativas políticas monetarias y fiscales acomodaticias aplicadas en el mundo occidental, y, por supuesto, por el éxito de la campaña de vacunación. Los exportadores chinos, que todavía son el principal proveedor global en muchas áreas del sector industrial, están incrementando su producción para satisfacer los crecientes pedidos post Covid.
En Candriam utilizan el denominado índice Li Keqiang (denominado así por el actual Primer Ministro chino) para monitorizar la producción económica en China. Se trata de un indicador compuesto basado en el volumen del transporte de mercancías, el consumo de electricidad y los préstamos totales. Dicho indicador acaba de alcanzar su nivel más alto desde 2010. La fortaleza continua de la economía china representa un respaldo a su mercado de renta variable. En especial, desde la gestora mantienen su perspectiva positiva sobre el restablecimiento de la cadena de suministro y las infraestructuras (infraestructuras tanto tradicionales como “verdes”) en el sector industrial. La fuerte recuperación de la economía china representa un respaldo para los mercados domésticos de renta variable en China
Ya se ha subrayado el contexto macroeconómico alcista que se ha producido a principios de este año. Más allá de China, otros dos factores atraen nuestra atención. En primer lugar, la fortaleza de los precios de los productos básicos. En contra de las creencias convencionales, dicha evolución está incrementando los beneficios industriales en China, en la medida en que se trasladan los costes adicionales de las materias primas, también a los clientes extranjeros. En segundo lugar, el alza de las exportaciones de Corea del Sur. La fortaleza de las ventas exteriores presenta una base muy amplia, puesto que 14 de las 15 principales categorías de productos experimentaron incrementos durante el mes de mayo.
Aunque valoran de manera específica la combinación de títulos de calidad (Finanzas) y de crecimiento (por ejemplo, Tecnología y sector Sanitario) que se produce en Corea del Sur, extraen una conclusión general aún más positiva a partir de las cifras comunicadas recientemente. Las exportaciones de Corea del Sur han constituido un importante indicador principal en relación con el ciclo global de beneficios durante las tres últimas décadas. La reciente e intensa recuperación implica unas revisiones de beneficios alcistas a partir de este momento, puesto que la reapertura en Occidente y la fortaleza industrial de Asia constituyen una combinación poderosa.
Para Candriam, las exportaciones de Corea del Sur constituyen un buen indicador principal en relación con el ciclo global de beneficios.