Los mercados registran avances importantes en este arranque de 2023, ante los datos de una inflación que parece que se modera y con la esperanza de que los Bancos Centrales, con la Fed precediendo el movimiento, comiencen a ralentizar la subida de tipos de interés. Algo, que al mismo tiempo, sería también bueno para la eurozona puesto que el euro se apreciaría frente al dólar y se mermaría la inflación en Europa (por ejemplo, el crudo se paga en dólares y si el dólar pierde fuerza, beneficia a los europeos a la hora de comprar materias primas en la divisa norteamericana).
La caída en la inflación está directamente relacionada con la bajada del mercado del gas natural que, no sólo acumula caídas importantes hasta día de hoy sino que las previsiones son bajistas tanto en Europa como EEUU, fundamentalmente por dos motivos: por la caída (destrucción) de la demanda que se ha producido por un clima más cálido de lo normal en los meses de noviembre y diciembre, hay más suministradores de gas, etc.; y, en segundo, lugar por la Ley de Reducción de la Inflación (IRA por sus siglas en inglés) aprobada por Biden, que incluye aspectos relacionados con la atención médica, impuestos y cambio climático, algo que supondrá el impulso de las renovables y el coche eléctrico. En concreto, se espera una caída adicional en el gas natural desde el precio actual del 69,09% hasta un nivel de 17,350 euros megavatio hora (MWh).
Dicho esto, la bajada del precio del gas natural supondrá una reducción de la inflación que el mercado espera se materialice en una detención de las subida de tipos. De momento, y según Bloomberg, el Banco Central Europeo (BCE) no subirá tipos en 50 puntos básicos a partir de marzo, sino en 25.
Además, los Bancos Centrales, llegado un momento, no tienen más remedio que parar el ritmo de subidas si quieren evitar la recesión. Y es que, si se suben los tipos de forma lesiva (muy altos) para el mercado, las consecuencias son dos: que baja el consumo y que las empresas generan menos deuda (piden menos dinero prestado), lo que deriva en que emitan menos bonos corporativos destinados a crear nuevos activos y contratar nuevas personas una vez creados esos nuevos activos, algo que no se va a producir si suben demasiado los tipos. Por ello, una subida excesiva de los tipos de interés puede derivar también en destrucción de empleo, que es cuando la diferencia entre contrataciones menos despidos es negativa, ya que hay más despidos, y en ese momento sí que hay claro un riesgo de recesión.
Por otro lado, a la hora de seleccionar activos es más importante el sesgo por sectores que geografía. Y, por sectores, los más recomendables en estos momentos son energías renovables y defensa.
De hecho, en la cartera de acciones de EEUU de EI todos los valores son de defensa (Genl Dynamics Co, Huntgtn Ingls In, Lockheed Martin y Northrop Grumman), con la excepción de Apple. En la cartera de acciones de Europa de Ei, tenemos a Dassault Avia y Leonardo. Y en la cartera española del Ibex 35 todos los valores son de los sectores energético renovable y defensa (Acciona, Acciona Energías Renovables, Iberdrola e Indra), además de Acerinox y ArcelorMittal, que hemos incluido con un 15% cada una porque pensamos que el precio va a recuperar porque creemos que va a subir la demanda de acero.
En cuanto a Indra, aspira a ser una empresa líder en defensa, y el valor va a seguir recuperando de manera importante. En la serie mensual apreciamos una gran figura de hombro-cabeza-hombro invertida, y permite estimar un objetivo teórico mínimo situado a una distancia del 37,74% en los 15,45 euros.