Hay que tener cuidado con esta noción de “burbuja”. Por dos motivos: el primero, porque no fue únicamente una burbuja, sino que también reflejó el hecho de que, en realidad, la inflación se encontraba en niveles extremadamente bajos de forma continuada. El segundo es que, si en realidad hubo una burbuja, fue planeada por los bancos centrales. Y luchar contra los bancos centrales resulta muy peligroso. Lo que sucede ahora, lo que supone en realidad la gran noticia es que, al mismo tiempo, está repuntando la inflación. Y, una vez más, se trata de un fenómeno mundial que se está dando en todas partes: en los mercados emergentes, en Europa y en Estados Unidos. Y, al mismo tiempo, dado que el ciclo económico es más sólido, los bancos centrales se ven tentados de empezar a endurecer su política y, por tanto, rebajar los tipos de interés a un nivel inferior del que solían hacerlo. Yo no lo definiría como una burbuja a punto de estallar. Diría que se ha dado un periodo de gran represión financiera que va a ir atenuándose progresivamente a medida que, al mismo tiempo, los bancos centrales intervengan menos y la inflación vaya repuntando. Y creo que existe un punto de inflexión que probablemente se produjo a mediados del año pasado, y ahora es posible que suban los tipos de interés, aunque de manera ordenada. En realidad, no se trata de una burbuja que vaya a estallar de manera repentina.
Con la esperada inflación, ¿Piensa que la Fed incrementará los tipos de interés en EEUU un par de veces o incluso tres veces como se espera? ¿Piensa que puede haber más apreciaciones en el dólar con la hoja de ruta que tenemos sobre la mesa?
Entretanto, también influyen mucho las diferentes posturas de los bancos centrales, pero, hoy por hoy, tanto el BCE como la Fed han adoptado visiones bastante similares. Por lo tanto, no estoy seguro de que, a corto plazo, el dólar vaya a presentar una tendencia clara. Creo que esto será más probable en la segunda mitad de 2017.
Hablando de Europa, ¿cuáles son los siguientes movimientos que se pueden esperar del BCE? ¿Está de acuerdo con algunos analistas o gestores de fondos de inversión que dicen que el BCE comenzará a hacer un tapering a finales de este año?
De nuevo, no creo que sea tan evidente; será algo muy complicado para los bancos centrales en general, y para el BCE en particular, ya que la temática de la inflación es de tal magnitud, que es comprensible que algunos analistas opinen que el BCE se verá obligado inevitablemente a endurecer su política pronto, quizá en el segundo semestre de este año. Es una posibilidad real, pero debemos ser conscientes de que, en primer lugar, hay un problema o un riesgo político, si no varios, en Europa, y ya vimos en 2016 que los bancos centrales no son excesivamente partidarios de alterar los mercados antes de que se produzcan acontecimientos políticos. Ya lo vimos con anterioridad al brexit y a las elecciones en Estados Unidos. Por ello, creo que el BCE seguirá siendo muy prudente ante estos acontecimientos. Y, lo que es más importante, Draghi (el BCE) es de la opinión de que estas presiones inflacionistas a las que me refiero son sólo transitorias, que durarán tan sólo unos meses y que, después, la inflación disminuirá. Creo que es una postura bastante complaciente, pero significa que, mientras los bancos centrales, y el BCE en particular, sigan convencidos de que la amenaza de la inflación no es real, estarán tentados de quedarse por detrás de la curva, de esperar a que la inflación se materialice de forma concreta antes de intervenir, endurecer su política o, en el caso de Estados Unidos, subir los tipos de interés. Por ello, sospecho que los mercados de renta fija harán este año el trabajo que se niegan a hacer los bancos centrales. Yo no apostaría por el endurecimiento de sus políticas este año, pero los mercados de renta fija probablemente se mostrarán más afectados por la inflación.
¿Dónde ve las principales oportunidades de inversión tanto en renta fija como en renta variable?
El punto de partida es ser conscientes de que casi todos los mercados están caros a día de hoy. La represión financiera se ha basado en el encarecimiento de casi todos los activos financieros debido a las acciones de los bancos centrales, así que, en términos de valoraciones, resulta difícil encontrar valor, tanto en renta variable como en renta fija. Yo no invertiría de ninguna manera en deuda pública del G4, ni en bonos alemanes ni estadounidenses, dado que, por lo todo lo que he comentado, son activos que están excesivamente caros. En el segmento de deuda corporativa, las valoraciones también se encuentran en niveles muy elevados. Al analizar los bonos de alto rendimiento o incluso aquellos con calificación Investment Grade, básicamente los rendimientos y los diferenciales se han reducido, pero el apalancamiento de los emisores, de las empresas, ha aumentado. Por tanto, el perfil riesgo/rentabilidad se ha visto afectado. Y lo que quedan son muy pocos segmentos de valor. En el universo de la renta fija, el sector bancario sigue resultando interesante para los inversores, ya que es el único que aún se está desapalancando, no tanto porque así lo desee sino porque le obliga su normativa. Por ello, como inversor en deuda corporativa, si pueden encontrar un rendimiento razonable en este sector, el riesgo realmente está disminuyendo, dado que se está desapalancando. Por ello, contamos con un gran posicionamiento en el segmento de deuda corporativa del sector financiero. En el ámbito de la renta variable, el posicionamiento a día de hoy se basa claramente en lo que hemos comentado antes: nos posicionamos en este ciclo económico, en los sectores que no se han agotado todavía, que tienen un potencial razonablemente elevado, como el energético, que ya mencioné anteriormente, o el financiero en general, que siguen siendo bastante interesantes. Aun así, todavía seguimos intentando exponernos a los sectores que hoy día acaparan menos atención, pero que siguen ofreciendo mucha visibilidad, como los sectores farmacéutico y tecnológico. Nadie quiere exponerse a las temáticas de crecimiento a largo plazo, todo el mundo apuesta por los valores cíclicos. Por ello, empezamos a encontrar valor en los títulos de alta calidad y visibilidad. Así, en este sentido, las carteras están bastante equilibradas.