Vivir exclusivamente del trading es algo que solo unos pocos pueden hacer puesto que se necesitan muchos conocimientos, experiencia y además un patrimonio elevado. Pero si no estás entre los elegidos inicialmente, sí podrás mejorar tu operativa de inversión a corto plazo y conseguir rendimientos muy interesantes.
En primer lugar debemos conocer qué es el “trading” y los distintos tipos de Trading. El término trading en mercados financieros se asocia a la inversión a corto plazo, pero existen importantes diferencias dependiendo de lo corto que sea ese plazo, puesto que podemos hacer trading buscando operaciones de muy pocos días, horas o incluso segundos (scalping), o hacer lo que se denomina Swing Trading, que busca estrategias para invertir a varios días o incluso semanas si el mercado acompaña. Las técnicas que se emplean, el tiempo de dedicación y el estrés emocional puede cambiar radicalmente si se opera en un plazo temporal u otro, es un tema de vital importancia. A menor plazo, mayor exigencia y profesionalidad en todos los sentidos.
Por tanto, dentro de los traders se denomina scalpers a los inversores que operan en el ultra corto plazo buscando pequeños movimientos en valores, índices u otros activos. Al obtener bajas rentabilidades por cada trade, su éxito se basará en realizar muchas operaciones para acumular esas pequeñas ganancias hasta cumplir su objetivo de trading. Normalmente estos inversores suelen utilizar productos muy apalancados (futuros, ETF y CFD) y si son realmente profesionales operan en índices, materias primas y divisas. Trabajan habitualmente desde casa, con un bróker adecuado (comisiones competitivas y fiabilidad son un tema capital) y un terminal profesional como Pro Real Time. Por otro lado, los inversores particulares habitualmente buscan el corto plazo a través de acciones, etfs, futuros o CFDs de valores muy grandes y que tienen mucha liquidez.
Pero la inversión no es un arte, es metodología y disciplina según nos indica Javier Serres, director de formación de Estrategias de Inversión y responsable académico de nuestro Curso Práctico de Trading nivel experto. Está demostrado que la mayoría de inversores de largo plazo lo hacen mejor que los inversores de corto plazo. ¿Por qué ocurre esto? Un estudio realizado sobre los fondos de Vanguard, que corrobora la afirmación de su fundador Jack Bogle, apunta a que los inversores utilizan mal sus productos cometiendo errores, lo que provoca una merma clara en sus resultados. Por tanto, cuanto más opera un inversor particular más errores comete y peores resultados obtiene. El peor comportamiento relativo de los inversores de corto plazo es amplio en todas las categorías, disparándose en aquellas donde las volatilidades han sido mayores y los inversores tienen que tener una mayor capacidad para controlar sus nervios.
Conviene, por tanto, no perder el respeto por el mercado y desmitificar algunas cosas antes de hablar de “vivir del trading” de forma profesional.
- Con 3.000 euros, no se puede vivir del trading ni sacar unas plusvalías de 1.000 euros todos los meses. Para poder vivir exclusivamente del trading, se necesita un capital mínimo que nos permita soportar pérdidas porque, por muy buenos que seamos, tendremos meses malos.
- El apalancamiento es uno de nuestros principales enemigos. El inversor suele apalancarse mucho para abarcar más capital en su operación, pero cuando el mercado gira en su contra ese apalancamiento puede destruir su cuenta si no sabe gestionarlo. Y esa gestión dependerá no sólo del capital, sino que entran en juego otros factores como el dominio de la técnica aplicada (experiencia), la psicología y la gestión monetaria. Es muy glamuroso hablar de que “estoy operando en el euro-dólar con 300.000 euros”, aunque realmente esté operando con 3.000 y apalancando 100 veces. Utilizar un apalancamiento excesivo es una temeridad en los mercados financieros.
- Realizar muchas operaciones no siempre es productivo. Hacer scalping en algunos activos se ha vuelto muy complicado por culpa de los algoritmos y los sistemas automáticos de los operadores profesionales, que son capaces de identificar las órdenes de los particulares y posicionarse en su contra en cuestión de nanosegundos.
Operar en espacios temporales tan cortos está lleno de riesgos y los inversores profesionales que llevan más de 15 años haciendo scalping, están orientando su trading hacia plazos un poco más amplios (2-3 días) alejándose del intradía, que actualmente es territorio conquistado por las máquinas. El ratio de acierto en las operaciones de scalping tiene que rondar o superar el 90% para ser rentables puesto que el objetivo por operación es muy pequeño y deben descontar los gastos asociados a cada operación.
- Sin una metodología probada durante mucho tiempo no se podrá ganar haciendo Trading en los mercados de forma consistente. Se puede tener una buena racha, pero con el paso del tiempo el mercado nos pondrá en nuestro sitio. Tan peligroso es el miedo como el exceso de confianza, una lucha permanente y diaria del inversor con sus propias emociones que, para dominar y no tomar decisiones erróneas fruto de su psicología, debe apoyarse en un método que le ayude a operar de forma más racional, sin la influencia de haber acertado o fallado las últimas operaciones. Se necesita formación y metodología para no ser presa de los tiburones y de nuestros propios errores.
Mónica Triana y Carlos Gil, profesores del Curso Práctico de Trading nos ofrecen algunos de sus consejos.
Antes de operar en bolsa debemos tener estas cosas claras para no caer en los “cantos de sirena” que buscan incautos con un mensaje muy atractivo de dinero fácil y centrarnos en la realidad de los mercados. El éxito de un inversor que quiera vivir de la bolsa se basará en realizar una correcta lectura del mercado y para ello es fundamental conocer el ciclo bursátil y económico en el que nos movemos, los tipos de gráficos con los que vamos a trabajar, principales niveles de los activos en los que vamos a invertir (soportes y resistencias), indicadores que debemos vigilar para conocer los futuros movimientos y señales que nos ofrecen los mercados financieros.
Lo siguiente que tenemos que tener claro es nuestro patrimonio para invertir, el tiempo del que disponemos para estar en los mercados y nuestro nivel de riesgo. Todo ello nos permitirá desarrollar un sistema adaptado a las necesidades de cada operador para poder convertirnos en inversores cualificados y mejorar nuestras decisiones o llegar incluso a vivir exclusivamente de la bolsa.
Muchos inversores compran el mensaje erróneo de ser traders rápidamente y sin esfuerzo, eligen el camino fácil para hacerse ricos pero muy pronto son conscientes del error que han cometido y lo sufren directamente en sus bolsillos. Sí es posible vivir de la bolsa o también invertir con éxito como una actividad complementaria viendo como crece el patrimonio, pero siempre utilizando un método con la disciplina necesaria para tener estrategias ganadoras.
Antes de pretender vivir del trading debemos probar nuestro método, tener los resultados bien contrastados y pensar que el mercado es muy difícil a largo plazo, que pasaremos por fases alcistas, bajistas o laterales y tenemos que saber identificarlas antes de ponernos a operar. Una vez identificadas podremos decidir en qué activo vamos a invertir ( valores, índices, divisas, materias primas..), cómo vamos a hacerlo (largos o cortos) , con qué productos (acciones, futuros, ETFs, CFDs...) y ponernos siempre unos objetivos y stops para cada operativa.
Debemos comprender que con la formación adecuada podemos ser muy buenos inversores en bolsa y gestionar correctamente nuestro patrimonio, y solo los inversores que cumplan determinadas características (conocimientos, patrimonio, experiencia y tiempo dedicado), podrán vivir del trading.
Para controlar todos estos aspectos y construir un buen plan de trading adaptado al perfil de cada inversor, lanzamos nuestro próximo Programa Práctico de Trading para el inversor particular, un programa 100% práctico pensado para que sea útil desde el primer día que permitirá tomar decisiones racionales para cumplir los objetivos económicos y vitales de cada inversor.