En una entrevista con 'Financial Times', la representante alemana en el directorio del Banco Central Europeo (BCE), Isabel Schnabel, advierte que el BCE debe ser paciente y no apresurarse en ajustar su política monetaria al enfrentar el proceso desinflacionario que se está produciendo. Schnabel menciona que durante esta etapa, conocida como la "última milla", la política monetaria restrictiva tiene menos impacto y las condiciones financieras comienzan a flexibilizarse, lo que podría llevar a un estallido de la inflación.
Schnabel explica que, inicialmente, se obtuvieron rápidos beneficios de la desinflación, que es la reversión de los shocks del lado de la oferta. Sin embargo, a medida que se avanza en el proceso desinflacionario, la inflación se mantiene prácticamente estable. Ahora, el BCE se enfrenta a una fase crítica en la que la calibración y la transmisión de la política monetaria son especialmente importantes para contener los efectos de segunda ronda.
La economista alemana destaca la importancia de la dinámica entre salarios, productividad y beneficios en este proceso. Si la demanda se ve frenada por una política monetaria restrictiva, las empresas tendrán dificultades para trasladar los mayores costes a los consumidores y es posible que tengan que absorber al menos una parte de ellos. Por lo tanto, la ejecutiva del BCE considera clave la calibración de la política monetaria para evitar un impacto negativo en las empresas y en la economía en general.
Sin embargo, Schnabel también advierte que este proceso durante la "última milla" es prolongado e incierto. La economía podría recuperarse con más fuerza de lo esperado, lo que podría llevar a las empresas a traspasar nuevamente los costes a los consumidores. Por lo tanto, Schnabel subraya la necesidad de ser paciente y cautelosos en el ajuste de la postura política del BCE.
Otro aspecto destacado por la representante del BCE es la persistencia de la inflación en los servicios. Además, señala que se ha observado una notable flexibilización de las condiciones financieras debido a los cambios en la postura de los bancos centrales y a los acontecimientos en el mercado. Por lo tanto, Schnabel advierte contra un ajuste apresurado de la postura política del BCE, ya que esto podría tener consecuencias negativas en la economía.