Como se puede observar en el siguiente gráfico comparativo del desempeño de Santander
y el Ibex 35 en los últimos 10 años, el spread entre el banco y el selectivo es enorme. De hecho, en una década el Ibex 35 acumula una revalorización del 15,87% si tenemos en cuenta los dividendos, mientras que en el mismo tiempo S
antander, líder en rentabilidad por dividendo, ha incurrido en minusvalías bursátiles del 22,43%. Pero, si desnudamos a los dos activos y les quitamos los dividendos, ambos han caído en estos diez años, aunque el selectivo ha descendido casi la mitad, un 30,53% frente al 57,42% del Santander.
 
 
Santander también sale desfavorecido en comparación con el Ibex 35 a 5, 3 y 2 años, pero no así en los últimos 12 meses. En este tiempo el Santander ha acumulado una revalorización del 33,28% con los dividendos, mientras que el Ibex 35, en igualdad de condiciones, ha subido la mitad, un 15,88%. Además, sin dividendos la diferencia es mucho más abultada, con el Santander aportando una mejora de precio del 28,37%, frente al Ibex 35 que sube un 10,67%.

 
 
Los indicadores técnicos Premium muestran que el Ibex 35 tiene un aspecto envidiable frente a todos los valores que lo componen. El índice recibe una puntuación de matrícula de honor, mientras que su peso pesado, Santander, se queda más retrasado, con 8 puntos, pues en el volumen y en la volatilidad de medio plazo cojea.






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